martes, 3 de marzo de 2009

Requiem por una Mac


El viernes llegué a casa y bajé las fotos que tomé en el Mayakoba Golf Classic, estaba en esas cuando mi Macbook negra azabache se quedó pasmada, en coma, sin mover su cursorsito para ningún lado. Fue horrible, como si un hijo pusiera sus ojitos en blanco... Le di restart, le puse el disco de sistema, la resetié apretando la tecla "C" invocando al Santo Niño de Zongolica y rezando a media voz tres Aves Marías para que apareciera la manzanita de siempre y después cargara el sistema, pero no fue así; no reaccionó la méndiga computadora. Estaba en coma, pasmada, en estado catatónico, con su pantallita en blanco, lívida ella.
Al ver que los primeros auxilios y la respiración de boca a boca no estaban dando resultado, le llamé a Luis Saint Martin, su médico de cabecera, hice lo que él me dijo al pie de la letra y cuando me dijo "traérmela mañana" se lo cambié por "¿que tal si te la llevo ahora?".
En el ínterin, la consorte fue testigo de mi desconsuelo y de mi angustia, de mis maledicencias y de mi encono que llegó hasta Cupertino y Steve Jobs. Lo que si no soportó fue cuando entre sollozos comencé a gritar "¡¿por qué yo?!..." Finalmente le llevé la computadora a Luis, a las nueve y pico de la noche, en pijama. Su diagnóstico al otro día fue devastador: "el disco duro está en estado comatoso, no recuperará jamás, intentaré rescatar lo que pueda de información, ¿tienes backup?"
Por supuesto que NO tengo backup, ¿quién demonios tiene un backup? los respaldos son a la mexicana: mañaña... mañana lo hago... no pasa nada...
Perdí mis fotos del futbol, las de los toros, las del viaje a Campeche, la foto de mi sobrino Dylan pateando a sus papás, toda mi música ordenadita por fecha y con portada de disco en el iTunes y cuatro archivos porno que eran una joya; además de cosas sin importancia como los comprobantes del banco por internet y la tesis de maestría.
Ese viernes tenía planeado contar mis avatares en el torneo de la PGA y mostrar algunas fotos. Hoy me ha dicho Luis que la discoduroctomía está programada para mañana a las once-aeme, e intentará recuperar la información por medio de la resucitación criogénica de las almas ocultas de los bits y de los bytes. Luis es mi brujo de cabecera; el sí sabe como hacerle.
Mientras tanto estoy aquí, posteando de emergencia en la insípida PC de mi consorte, preguntándole donde están las comas y los acentos y por qué diablos aparecen ventanitas pedorras cada vez que aprieto ctrl en lugar de la tecla de la manzanita de mi MacBook negra azabache... snif. Requiem a la felicidad.

5 comentarios:

-NaTs- dijo...

qué horror !!!! yo moría...

va a haber funeral? =(

LUCAS dijo...

Mi muy devastado Zorombas y lectores que le acompañan.

En realidad es una pena lo que le sucedió a tu perla negra, pero eso le pasa hasta a las Silicon Graphics. Cualquiera que porte un disco duro, tiene los dias contados, incluso de nueva. Así que, como en los anuncios de Tecate, a portarse como los machos, que no es el fin de la Mac.

Tan solo te dió en la Mac y por un ratito. Mañana estará en tus manos de nuevo, vivita y chateando.

La Nena Mounstro dijo...

RIP, que Steve Jobs la tenga en su santa gloria.

Lo entiendo, despues de tener una MAC el mundo jamas volverá a ser el mismo, lo acompaño en su dolor y que venga la pronta resignacion a su vida, Steve Jobs sabe por que hace las cosas.

Miguel Miranda dijo...

Gracias a todos por sus condolencias.

Anónimo dijo...

Uppsss...sorry...
¿¿Ves que sí veo tu blog???