martes, 30 de diciembre de 2008

El año que se va


Este es muy probablemente mi último post del año. Atrás se quedan (casi) trescientos sesenta y cuatro días del año del ciclo que se va. De más está decir que se me fue volando, que el año caminó como si tuviese cien pies, se fue como el agua, diría alguna de mis tías...
Este año hubo olimpiadas, ni los Pumas ni el Atlante fueron campeones, y no supe quién ganó la Serie Mundial porque andaba justo en el caso integrador final de mi maestría. También me enteré de que han matado (y lo siguen haciendo) a mucha gente por el narcotráfico, que hubo una reformita light en materia energética en mi país, y que un tal López Obrador sigue dando lata. Por cierto, México se quedó en el "ya merito" en todo, para variar: los maestros hacen paros y huelgas porque sus plazas no serán más heredadas y porque reprobaron el examen general de conocimientos, los médicos protestan porque no podrán comprar su examen de especialidad, un puñado de legisladores "clausuran" el Congreso, y el segundo hombre del presidente, junto con otros del gabinete, se matan en un avionazo por dos causas: los pilotos del avión fueron reclutados porque costaban más barato y a que, por consecuencia de su ineptitud, volaban muy cerca de un boeing cuya estela los atrapó, desplomándose. Si Fox no se "hubiera" amedrentado ante los rancheros macheteros que impidieron la construcción del nuevo aeropuerto... "hubiera" es el pasado participio del verbo pendejo.
El mundo no estuvo tan lejano de la estupidez: tenemos una crisis mundial por culpa de los gringos y de la globalización, y esto puede ser el inicio del fin del mundo ¿qué puede pasar si se paraliza la economía mundial? ¿que puede suceder con 25 mil millones de desempleados?
Además, y como colofón del 2008, Bush se llevó un atentado a zapatazos donde no salió herido pero le llamaron "perro" en un lugar donde hacerlo, debe lastimar más que cualquier otra arma. Además el mundo se congratuló con el agresor.
La guerra sigue, ahora mismo los israelíes se desgranan a bombazos contra los palestinos; homo omini lupus est. El hombre es el lobo del hombre.
Pero el mundo gira y en el microcosmos personal de cada uno suceden cosas, una buenas, otras malas, otras simplemente suceden.
Lo que para mí comenzó como un propósito de año nuevo se convirtió en un blog con cara de mascota en la que desgrané setenta post publicados con este que escribo. Un espacio que me ha dado disciplina para escribir, holgura para disfrutar y tribuna para acercarme a muchos amigos de quien sabía poco o nada y ellos a la viceversa de mí. Espacio para conocer también a una blogósfera que está viva e inquietante, a un click de distancia. El sábado cené con la Nena Mostra y fue como conversar con alguien que conoces de toda la vida pero ves por primera vez. Aunque no los conozco físicamente, mi tocayo Miguel Mastroscello de P&M, Octavio Lara "Callao" y mi enigmática "M" fueron seres valiosos y entrañables que conocí este año gracias al blog. Se que los veré porque ahí estarán.
Escribí, crecí y disfruté. Pienso hacerlo el año que viene. Trato de ponerme propósitos concretos, logrables. El año que viene trae clavada la divisa de lo difícil, de lo indescifrable; sin embargo no se le puede negar una senda de esperanza; pero a Dios rogando y con el mazo dando, decía otra tía, no hay buenos propósitos sin sustento, sin trabajo, sin búsqueda constante.
Y a pesar del calentamiento global, de la crisis mundial, de la guerra y de la estupidez humana, también tenemos cosas entrañables y magníficas como el amor, la amistad, la solidaridad, la creatividad y la convivencia. La insospechada magia de ver el sol salir cada mañana.
Este Zorombático ha sido muy feliz en el 2008 y les desea, a todos sus amigos, lectores y mirones en general, toda la felicidad del mundo para el 2009.

Nos vemos el año que viene.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Rudo y Cursi, lo que sí y lo que no


El viernes invité al cine a mi consorte. Ahora que estoy pasando por mi cuarentona etapa de futbolista en activo, en navidad me regaló unos rudos guantes de portero que me quedaron chicos, por lo que hubo que ir a cambiarlos por un par de talla diez; ya en el centro comercial, nos metimos a ver "Rudo y Cursi", de Carlos Cuarón. Carlos es hermano de Alfonso, y generalmente era el guionista en algunas de las películas dirigidas por su hermano, como aquella "Y tu mamá también", donde se hicieron famosos Gael García y Diego Luna, como los amigos charolastras. Esta vez, Carlos debuta como director teniendo como productores a las nuevas vacas sagradas del cine mexicano: su hermano Alfonso, Gonzáles Iñárritu y Guillermo del Toro.
La película comienza con una narración en off de un personaje argentino, quien cobra vida en las siguientes secuencias, pero acompañará la trama tanto con el personaje de "Batuta" como en la locución en off, muy al estilo de "Y tu mamá..."
No voy a contar mucho de la trama, solo puedo decir que es una peli de fútbol y por tanto, una alegoría que retrata en muchos sentidos las vicisitudes inmersas en el juego.
Lo que me gustó fueron las referencias al fútbol que va contando Batuta: la historia del soldado que patea por primera vez una cabeza de un enemigo degollado que se convierte en el primer gol, el amor a la camiseta y a la madre, la traición y sufrimiento del portero, el juego fraternal y el juego enemigo... Y así, con estas reflexiones, se va desgranando al jugador, al aficionado, al hijo, al hermano, al marido, al mexicano, al argentino y a la industria del fútbol.
Me gustó la actuación de Bernal y Luna; su fraternal conjunción, el equipo que hacen entre los hermanos Cuarón, derivando en una buena dirección, pero cimentada en un guión extraordinario. De hecho, Carlos me sigue pareciendo mejor guionista que director. Siempre he pensado que un buen guión sostiene cualquier filme.
Lo que no me gustó fue lo "pichicato" de la producción, que aunque se ve que no es una película barata o de bajo presupuesto, me pregunto qué le falta al cine mexicano para aventarse a hacer superproducciones dignas de un extraordinario guión. En la peli, los equipos son ficticios, con nombres y jugadores de mentiras, aunque se reconocen sin problemas locaciones como "La Cantera" de los Pumas de la Universidad. Me pregunto por qué no salieron equipos de primera división reales, con jugadores reales; en Hollywood, en cualquier película de béisbol, aparecen los Yankees y, en una de esas, hasta las estrellas del equipo tienen papelitos secundarios. ¿Por qué acá no? ¿por qué en películas mediocres en cuanto a nivel actoral y con guiones de quinta como en "Goal" con Kuno Beker, que no le llega ni a los talones a medio charolastra, tiene participaciones de gente como Beckham, Figo o Ronaldinho? ¿por qué no salió el Estadio Azteca? ¿por qué si los productores son nuestras nuevas y flamantes vacas sagradas que se codean con las estrellas de Hollywood y Cannes no arriesgaron más dinero para una superproducción a la altura de la afición mexicana?
Tal vez porque la Femexfut no le gustó el guión, donde hay apuestas subterráneas, corrupción, trampa y abuso.
Rudo y Cursi, una película palomera que pudo ser una superproducción. Hasta en esto reflejamos nuestro subdesarrollo.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Picasso en Cancún (Parte 2)


Cuando alguien me dijo que habría una exposición de Pablo Picasso aquí, en Cancún, lo primero que pensé fue que me querían tomar el pelo, lo cual es una situación harto compleja: soy minusválido capilar por herencia paterna. Lo segundo fue: vayamos a averiguarlo.
Ese viernes, después de la divertida visita al Centro de Convenciones que he relatado en la parte uno de este pequeño serial, me dirigí con mi amigo Pepito al lugar menos imaginable para albergar parte de la obra del artista malagueño: La Isla Shopping Mall.
Para mis queridos lectores de Shrewsbury, Bostwana, Yokohama y Chicoutimi, explico: La Isla es la plaza comercial más famosa de Cancún; el paraíso del consumo organizado. Lo escribo no porque esté en contra del shopping, cada quién su cartera y sus gustos, lo que me llamó la atención es que ahí se encuentra desde hace relativamente poco tiempo el Museo Pelópidas.
Cuando llegamos, a cinco metros del umbral, nos asaltaron dos guardiasblancas de seguridad:
Guardiablanca-maya-cara-de-malo: ¿de dónde viene?
Zorombas: Pues de mi casa, menso, de donde más, además vengo de trabajar como burro todo el día, ¿qué? ¿está cerrado?
Guardiablanca-maya-cara-de-malo: No, está abierto, pero ¿es usté mexicano?
Zorombas: Pues mira mano, perdón que te decepcione porque de seguro crees que soy noruego, pero sí, soy del país, y además orgullosamente cancunense ¿cómo ves? ¿no puedo entrar?
Guardiablanca-maya-cara-de-malo: Señores, para ustedes la entrada es gratis, pasen con la señorita.
La señorita resultó ser Wanda, quien al parecer estaba bastante aburrida hasta que llegamos nosotros; nos dio la bienvenida al museo, nos explicó lo que ibamos a ver pero sobre todo, noté que le daba gusto que estuviéramos ahí. Nos contó que esa exposición costó mucho dinero traerla a Cancún y es muy poca la gente que se interesa en entrar al museo. "Hace una semana vino una pareja, y cuando le dije al señor que el precio del boleto costaba ciento ochenta pesos, se rio y me preguntó si incluía barra libre". Compadecí a Wanda lidiando con neandertales en busca de sol y alcohol.
La muestra se llama "Suite Vollard" y consta de cien grabados en diferentes técnicas como aguafuerte, buril, aguada, aguatinta y punta seca. En 1930, por encargo de Ambroise Vollard, Pablo Ruiz Picasso realizó estas estampas finalizando en 1937; algunas de las planchas tienen grabado el día, mes y año de realización, lo que da un carácter cronológico a la obra. La obra se divide en varios temas: Violación, El Minotauro, varios temas libres, Retratos de Vollard, y El taller del escultor, donde aparece constantemente Merie-Thérèse Walter, el gran amor secreto de Pablo; Merie-Thérèse es la inspiración convertida en línea y dibujo magistral del artista en esa serie, llenos de erotismo y sensualidad, donde como decía el propio Pablo, solo el que sabe dibujar, puede desdibujar.

Desde luego, mi serie favorita es la del minotauro. Cuentan los que saben que Vollard se proponía a publicar una serie de quince estampas de Picasso y un texto del poeta francés André Suarés sobre el mito del Minos y Pasífae en 1940, pero el editor murió antes. Pasífae era esposa del Rey Minos y un día, se enamora de un hermoso toro. Obviamente, los dioses castigan los amores furtivos y malsanos de Pasífae que pare a un monstruo llamado Minotauro; mitad cabeza y morro de toro y la otra mitad cuerpo de humano. Dédalo lo encierra en un laberinto construido exprofeso para su cautiverio y es alimentado por catorce doncellas al mes. Hasta que aparece Teseo, quien se enamora de Ariadna y juntos construyen un plan para matar al minotauro y escapar del laberinto, pero eso es otro cuento. Por cierto, las plazas de toros parecen eso: un laberinto de corraletas que desembocan en el albero. Pablo Picasso era un gran aficionado a los toros y hay mucho de taurino en los grabados de la serie del minotauro: algunos trazos que sugieren ruedos, banderillas, cornadas.

Hace muchos años, el Museo Tamayo de la Ciudad de México se inauguró con una exposición que se llamó "Los Picassos de Picasso", yo estaba por entrar a la universidad. Esa exposición la vi cuatro veces y marcó mi vida futura profesionalmente. Picasso es así y ojalá marque a Cancún esta exposición. El gráfico publicitario me gustó mucho:


Pero cuando crees que lo mejor ha terminado, oh sorpresa; Wanda bien lo dijo a la entrada: "no dejen de visitar el "black room", que no es otra cosa que otra minisala donde se encuentra alojada por ahora la obra de Joquim Ramírez de Cartagena i Hereu, mejor conocido como Quim Hereu. Es un pintor catalán hiper realista, con traza postmodernista de formato medio. Autodidacto en pintura pero graduado en ingeniería, Hereu recuerda un tanto a Magritte; una suerte de surrealista del siglo XXI, con nuevas manías interpoladas.


Mucha de su obra se inspira en los viajes que ha hecho. En total se exponen seis óleos de formato medio de este singular artista.


Algo de lo que no me gustó fue la falta de información de cada artista al inicio de cada muestra.
La exposición de Picasso estará abierta hasta marzo del 2009, así como la muestra de Hereu. Puede visitar la página del Museo Pelópidas y también la de Quim Hereu, y si usted vive o pasa por Cancún, puede darse un tiempo para visitar el Museo y a Wanda.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Cancun Kitch (Parte 1)

El objetivo del viernes por la tarde era hacer por partida doble, lo que rara vez se hace en Cancún, ir a dos exposiciones de arte en un solo día. El programa se antojaba interesante para ser un lugar donde el tema es la barra libre, el tiempo compartido y el all inclusive.
La primera resultó ser una expo-feria de arte internacional en el Centro de Convenciones; más de cincuenta artistas exponiendo y, algunos, aprovechando para mercadear su obra. Había algunas propuestas que me parecieron interesantes, como este cuadro de un artista sueco.

O este otro, de un pintor escandinavo también. Presentó varios por el estilo, de mujeres borrosas y boconas. Melancólicas como tías abandonadas.

Donde al final, lo que cuenta es el grado de expresión y la transmisión del artista mediante su mensaje, íntimo, cifrado y personal muchas veces, a través de su obra.
Este es un collage de técnicas variopintas de Sheila Patricia de la Fuente, de México:


Fue la única que me aprendí el nombre, porque por si fuera poco, en la World Art Vision 2008, la única información del artista y su obra eran hojas tamaño carta con el nombre y el país de origen pegadas en las mamparas. Parece que los organizadores no tienen ni idea de que existen fichas técnicas. Además de curador... para muestra, cheque usted esta doble joyita del kitch:


Al comprar los felinos se le incluyen los finos marcos de brillantina con marialuisas de paja de la región.
Pero tal vez le apetezca esta zandunga warholiana con todo y rosas de plástico y velo de encaje de bolillo tridimensional para lucir en la sala de su casa:


Y ya entrando de lleno con las musas inspiradoras y femmes fatales, a continuación un merengue fotográfico de alguien que parece ser... ¿Gloria Trevi?


Ahora que si lo suyo, suyo son las de romanos ¿qué espera para adquirir esta masterpiece de Marlon Brando y Cher en bellas locaciones pirinéicas?

La obra es de un italiano que al parecer se conoce al dedillo la anatomía y la proporción de su estirpe romana.
También había escultura; ésta pieza no tenía ficha técnica pero si una tarjeta que rezaba: $5,000 USD. Desafortunadamente no decía en qué gobernador se inspiró el artista.


Así de divertido estuvo; algunas piezas interesantes, de buena factura artística, propositivas y otras chaneladas como las que ya mostré. Una expo muy desigual en calidades, sin embargo no dudo que haya tenido éxito aún el de pronóstico menos favorable.

Al otro día, en plena calle me encuentro con esto:

Es el rótulo-anuncio-espectacular-fachada de un zapatero ambulante que atiende en la acera de una avenida. Juzgue usted, pero la comunicación visual pretendida por el artista, creo que se logra sobradamente y cumple su cometido.
Caminé un par de cuadras más y vea la escultura neo-post que me aguardaba:

Incluye una rosa natural y flores de cempazuchitl, aderezada con un bonito verdor que realza los ojitos del... ¿flor-osito?
Esta es una ganga: $5 USD. Con un nutritivo descuento si adquiere más de tres. El escultor se hizo amigo mío y me vio tipo de mecenas. Espero sus pedidos.

Mañana continuaré con el post del otro museo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

La lección del taxista


Hoy llevé mi auto al servicio muy temprano. Busqué un taxi para que me llevara al trabajo. Ya en camino, después de haber dado indicaciones al taxista hacia dónde dirigirnos, permanecí en silencio; ya no me gusta hablar en los taxis... uno nunca sabe. A pesar de mi mutismo, pasadas tres cuadras, el taxista habló:
– ¿Cómo va el trabajo?
Así, sin mediaciones, sin la más mínima escala en la intentona de romper el hielo. El taxista lanzaba su pregunta con el tono de buscar una respuesta real y congruente, cómo si me conociera de años y esa pregunta fuese el medio para llegar a un punto nodal. No me quedó más que concentrarme y dar una buena respuesta. Respeto a la gente que desea intercambiar una conversación a esas horas de la mañana, y más si el preámbulo se antoja inteligente.
Le contesté de manera escueta pero real: estamos preocupados porque se nos puede acabar el trabajo y estamos haciendo esfuerzos por preservar a nuestros clientes y dar un mejor servicio.
El taxista comenzó enseguida a darme las fórmulas del éxito: trabajar mucho, pero trabajar en equipo, ponerse del lado del cliente, buscar la manera de que nuestros clientes nunca, por ningún motivo se olviden de nosotros y sobre todo, me dijo, cancelar la posibilidad de que los tiempos malos nos atacarán si nosotros contrarrestamos con inteligencia y más trabajo. Me contó de que había trabajado en la Pepsi, como ayudante de un vendedor y por cinco años habían sido el equipo más exitoso de su zona; me habló de que los demás compañeros le llamaban "lambiscón" y concluyó, cuando nos acercábamos a mi trabajo, que ahora tenía ese taxi propio y estaba en vías de comprar uno más. Nunca me dijo de dónde era y cómo se llamaba, si tenía familia y era feliz; no había tiempo ya. Los pasajeros son personajes efímeros en la novela diaria de los taxistas. Me apeé del taxi y cuando entraba al trabajo noté que iba yo de buen humor, listo para afrontar el pinche lunes. Me quedé pensando en el taxista de acento yucateco y recordé una palabra que aprendí de la Nena Mostra hace poco: buenpedés. Buen pedo. Buena onda, buenas ideas, buena forma de prolongarse a través de los demás. ¿Será que eso es lo que nos falta a los mexicanos? ¿trabajar mucho y de buen humor, sin quejarnos de todo y contrarrestar la adversidad con soluciones que pueden devenir del optimismo?. Un taxista me dio lecciones de mercadotecnia práctica y ética el día de hoy. No me lo dijo pero seguramente es yucateco, quintanarroense, sonorense, veracruzano. Es mexicano.

El indulto


Un domingo de hace mucho, cuando yo era un chavalillo de siete años, me enteré de lo que era un indulto de un toro bravo. Mis padres regresaron de los toros y nos recogieron a mis hermanas y a mí en casa de la abuela, dónde nos habían dejado encargados a falta de boletos. Mi madre me lo contó todo: a un toro bravo, bravísimo, se le había perdonado la vida. Y mi madre se desgranó en una prosa deliciosa explicándome los avatares por los que pasa un toro de lidia para demostrar su clase y categoría, para que en diez o quince minutos, el matador sea el sinodal implacable que le ha de perdonar la vida, haciendo que el animal vuelva al campo, victorioso, a padrear sus vacas.
Pasaron los años y vi muchas corridas de toros y algunos indultos. El que más recuerdo fue aquel toro de nombre "Samurai", de Begoña, indultado por Pedro Moya "Er niño de la capea", en 1986. Era un torazo castaño, ojo de perdiz y rebarbo. El "paisano" lo brindó a Pedro Vargas, que estaba en una lumbrera de sombra, viendo una corrida en homenaje suyo. Toro y torero se convirtieron en colaboradores perfectos de una obra maestra. El indulto era más que merecido y el Capea quedó en lo que demostró siempre en la México, un maestro. Al otro día, mientras "Samurai" era atendido para curar sus heridas y regresar a la ganadería, casi mata a un vaquero cuando se salió por un descuido del tranquero. Las imágenes fueron capturadas por el inolvidable cronista y escritor José Alameda.
Otra imagen famosa fue la de aquel toro de Manolo Martínez, "Zalamero", indultado por Manolo Mejía, en 1994. Cuando días después, ganadero y matador van a "visitar" a Zalamero a las corraletas de la plaza, donde el toro convalecía, Mejía sale del burladero y Zalamero, a tres metros del torero se lo queda viendo, mansamente, como diciendo "yo te conozco, amigo..."
Pero la más entrañable de todas para mí, fue aquella transmitida por el ingeniero Téllez en su programa Toros y Toreros: "Amoroso" de Mimiahuápam, indultado por Manolo Martínez, saliendo de su cajón y pisando tierra en su ganadería: el animal, totalmente recuperado de sus heridas, sanote y con cara de felicidad, se reunía con un puñado de vacas que lo esperaban, coquetas, para que él padreara por el resto de su vida. ¡Eso es vida!
Ayer sucedió el doble milagro de la tauromaquia: ver un toro bravo de verdad y la maravilla del indulto. El toro se llamó "Pa'enero" y fue de Xajay. Se lidió en cuarto lugar y correspondió en suerte al moreliano Fernando Ochoa. El animal fue bravo desde su salida, tomó dos varas con fijeza y provocó dos tumbos. Con la muleta, "Pa'enero" fue con bravura y temperamento por ambos lados, derrochando la nobleza de los toros bravos criados por los señores Sordo Madaleno. La faena de Ochoa a mí no me dijo nada; el toro, el bravísimo y noble "Pa'enero", lo fue todo. Cuando Ochoa se perfilaba a matar, el juez dio la orden del indulto. No hay imagen más bella y sobrecogedora que ver al animal, volver victorioso por la puerta de toriles, con su bravura a tope, como un gladiador enorme.
Ochoa dijo "me hubiera gustado matarlo"; pobrecillo aprendiz de torero, aún no sabe que primero debe agradecer la bendición de la bravura de ese toro que, en un descuido, le dará fama y más corridas.

La foto es de Manón, a guisa de no haber encontrado una real de "Pa'enero", ya que todos los reporteros han publicado fotos de Ochoa. Dejo también el enlace a la ganadería de Xajay, para que los antitaurinos que van a dejar improperios en los comentarios, tengan una idea de lo que es "crear" un toro bravo.