domingo, 31 de agosto de 2008

La Marcha


Aunque en la semana dije que sí porque ni siquiera lo dudé cuando supe que habría una marcha en Cancún, a la hora de las castañas me empezó a entrar una pereza de esas de sábado en la tarde que me hizo prolongar la siesta. Pero ahí estábamos, mi sufrida consorte, mi amiga McCoy y yo, bajándonos del taxi que encontró la marcha ya comenzada; un calorcito más allá de lo caribeño transitaba entre todas las personas que marchaban: hombres, mujeres, viejos, niños, bebés en sus carriolas, jóvenes ilusionados, ricos, pobres, morenos, güeros, todos mexicanos, todos ciudadanos. Eramos muchos, no sé cuantos. Al ratito nos encontramos a Adrián, quién nos entrevistó para el noticiero de Adela Micha en México Ciudad, luego saludé a Pancho y a Javier, encontré a Rubencito, quién no es mexicano pero sí ciudadano, más adelante estaba Ricardo, luego apareció la Reina del Mayab con su sonrisa encantadora, luego llegó José Luis y mi querido amigo Jaime (fiel lector de este blog), y así, entre amigos, nos fuimos encontrando y reconociendo, a pesar de que algunos no nos conocíamos ni sabíamos nuestros nombres, nos habíamos ya visto alguna vez, en nuestro convivir diario en nuestra ciudad. Y todos fuimos uno, y nos convidamos veladoras y fuego, y gritamos todos juntos, y coreamos México! México! y Cancún! Cancún! y luego cantamos en una desorganización casi perfecta, el himno nacional dos veces. Todo fue espontáneo, lírico, ciudadano.
Fui a la marcha y hubo mucha gente que tal vez como yo, tuvo que sacudirse la pereza y salió a exigir y a demostrar que queremos un México mejor, un Cancún mejor y una convivencia mejor. Creo que lo que pasó, puede ser el comienzo de un buen entendimiento.

martes, 26 de agosto de 2008

Persépolis


Ayer en la mañana, mi amigo Pepito me recomendó ir a ver Persépolis, una película de animación. Me llamaron la atención dos cosas: Pepito es muy abusado y sus recomendaciones visuales, de cualquier índole, no se deben pasar por alto; la segunda fue, que en este pueblo llamado Cancún, encontrar una película no comercial está en chino. Consulté la cartelera y ahí estaba, tal como lo imaginaba, compartiendo sala con "Graduación Sangrienta" y con unos horarios dignos de "Cultura para Todos" de Televicio. Pero ahí estábamos, mi consorte y yo, a las 9.20 de la noche comprando los boletos en la taquilla ante una jovencita reticente que despachaba: "¿si le dijeron que es una película de dibujitos?", sí señorita, sí se, "Ahhh, porque es de que luego viene la gente a reclamar... ayer vino una señora que quería que le reembolsáramos el boleto que porque no sabía que era de dibujitos..." Hay dios misericordioso y playero, ahora entiendo por qué tenemos este tipo de programación en Cancún.
La película es una chulada; "dibujitos" en blanco y negro, un tanto naif, que me hicieron recordar las animaciones rusas que veía cuando era niño en el canal once. Persépolis es la historia autobiográfica de la iraní Marjane Satrapi; de cómo creció en un régimen fundamentalista islámico, sus correrías de niña a adolecente en un país cuyos cambios sociales y políticos la acabarían llevando a abandonar su país. Marjane y su familia son testigos del reinado del sha de Irán y el paso a la república islámica de los ayatolas. Con una agilidad increíble, la película va relatando las vivencias de la pequeña Marjane y su familia acomodada y de ideas progresistas, entrelazado como un anecdotario las diferentes situaciones de la niña-adolecente-mujer, al grado de olvidar a momentos que se trata de una película animada. La historia, finalmente, es una denuncia al fanatismo religioso y la represión fundamentalista, concretamente sobre la libertad de las mujeres y los jóvenes en Irán.
Después me enteré con el dios Google, que Marjane Satrapi es igualita a los dibujitos, vive en Francia y tiene publicada toda la historia autobiográfica en cuatro volúmenes de comics desde el año 2000. Ha sido tal el éxito de Persépolis como comic, que se llevó a la pantalla grande como animación en el 2007, ganando el premio del jurado en Cannes. Marjane también tiene un par de libros donde relata, en esos gráficos de estilo infantil, anécdotas de su tierra. Prueba fehaciente de que el comic y sobre todo, querer contar una historia sin otro deseo que contarla, valiéndose de medios gráficos simples y sencillos, sigue siendo algo legítimo.
Estábamos cuatro personas en la función de las 9.20 (que realmente comenzó a las 9.45 de la noche) en la única sala de Cinépolis en todo Cancún que la está proyectando. No creo que llegue al jueves. Pero Karmelita Godínez de Perez-Burton y este zorombático, disfrutamos una gran película y un relato para reflexionar.

viernes, 22 de agosto de 2008

Pinches Chinos

Apuesto doble contra sencillo de que por lo menos dos de cada cuatro de los siete lectores asiduos a este blog pensaban así, tal cual: pinches chinos; incluyendo al zorombático que esto escribe. ¿O a poco no pensaba usted que eran los reyes de la piratería, que no se bañaban, que todos eran igualitos, que comían rata, perro, alacrán, tepocata y víbora prieta?... Ah, pero tenían que venir las olimpiadas a confirmar que... al parecer si comen muchas porquerías, que se fusilaron hasta el logo del IMSS, que todos (al menos los que han salido en la tele) aparentan estar hechos en el mismo molde y, la verdad, lo del baño y que huelan mal no me atrevo a asegurarlo, esas han de ser habladas de una tía mía que siempre me dijo que "los pinches chinos son retecochinos, mijo". Pero, mis estimados lectores de países de economías emergentes, si ustedes no simpatizan con los mil trecientos millones de chinitos, ¡agarrensen! (como decía otra vez mi tía) porque dicen los que saben que China dominará el mundo en un futuro cercano. Como Zorombático piensa de manera firme y contundente entregar el equipo voluntariamente en el 2034, no me tocará verlo y, desde luego, me ahorraré las clases de chino mandarín en el Harmon Hall. Pero si usted nació después de la caída del muro, lo más recomendable es que se vaya haciendo a la idea de que los ídolos de sus hijos serán la Mujel Dlagón y Supel Yun Lee.
La segunda cosa que ha estado muy pinche, ha sido la transmisión de los juegos olímpicos por la televisión mexicana; vaya esta mención a TV Azteca, que no estuvo en pinche, sino en pinchísimo; pobrecitos, desde que se fue Jose Ramón no dan pie con bola, y como estaba tan, pero tan pinche, he visto más las transmisiones de Televisa, disfrazado de grandeza oriental pero también... pinche. Los de Televisa se dieron a la tarea de convocar a exmedallistas olímpicos y convertirlos en cronistas especializados de tres minutos, tipo Avena Quaker, al grado de que los anunciaron como "las leyendas". Y ahí tiene usted a Iridia Salazar, medalla de bronce en Atenas, ahora con su new post modern look y su voz de actriz del nuevo cine nacional, quien en la transmisión del ganador de la medalla de oro en Tae Kwan Do se quedó pasmada cuando le preguntaron si creía que Guillermo Pérez podría ganar el oro. Otra de las "leyendas" es Alejandro Cárdenas, un auténtico looser, veterano de Sidney y Atenas, donde no hizo nada destacable; se retiró con un cargo político de directivo del deporte en Veracruz en el 2005. Pero Televisa Deportes le puso la tapa al frasco con Soraya Jiménez, quien fuera medallista de oro en halterofilia en Sidney, lo cual es un logro auténtico, además de ser la primera mujer mexicana en ganar una presea dorada. Sin embargo, lo que no se ha comentado (porque lo que no conviene, no se recuerda), son el fraude que hizo en la Universidad Nacional Autónoma de México por falsificación de documentos para acreditar estudios que nunca hizo y el positivo en doping durante el campeonato panamericano de Venezuela. Ah que pinche memoria tenemos. La otra invitada de Televisa fue Nadia Comaneci, pero para mí no es Nadia, sino "Nadie"; un travesti cuarentón que habla un inglés californiano. Por más que le busco, no más no le encuentro a la niña rumana que sorprendió al mundo en Montreal 76.
La tercera cosa pinche, la actuación de los mexicanos; la verdad es que no dista mucho de olimpiadas anteriores, por lo tanto esta ha sido pinche, pero pareja. Salvo las declaraciones de los atletas que esta vez no han tenido parangón, como decir cosas como "llegué en último lugar pero gocé mucho mi participación y me voy contenta" o el otro apache que declaró que a la mitad de la competencia tuvo que abandonar porque tuvo gases y agruras (sic), la olimpiada de Beijing no ha marcado diferencia alguna con las anteriores: una delegación de más de ochenta atletas que traen tres o cuatro medallitas pedaceras (eso en el mejor de los casos, faltan dos días para terminar y llevamos dos), una comitiva de directivos que se van a las vacaciones de su vida con el dinero del COM (que es mi dinero, por cierto), cuando regresan viene la cacería de brujas, el corte de cabezas, el "ahora si nos vamos a preparar bien para Londres 2012 para lograr mejores resultados", y el consabido colgamiento de las raquíticas medallas obtenidas por todos aquellos que no hicieron nada por conseguirlas.
Como colofón anticipado, el "Tibio" Muñoz, presidente del COM, que se le ha visto comprando seda en los mercados de Beijing y en las competencias de Phelps y Federer, pero no donde compiten los atletas mexicanos, hoy se aventó la puntada de que México debe de candidatearse para organizar las olimpiadas en el 2020, ¡imagínese usted la vacilada!, esto está para otra entrevista con Franz Kafka, verdá de Dios.
Y finalmente, nuestros atletas ganadores, que como ya son "ganadores" pues para qué seguirle, mejor se prepararán para ser políticos, directivos del deporte, cronistas, locutores y chicas Televisa en la próxima pinche olimpiada.

*Nota para los lectores de Shrewsbury, Bostwana, Yokohama y Chicoutimi: En México, "pinche" es un despectivo de ínfimo, ya sea como ser humano o cosa o producto. Sin embargo, es una palabra muy compleja ya que puede tener varios significados dependiendo del contexto; puede ser desde algo muy grande, a muy pequeño o raquítico, defectuoso o perverso; puede usarse hasta de manera afectuosa e inclusive se puede ser un superlativo de otras groserías. Cuando era chiquito, mi mamá me regañaba y me lavaba la boca con lejía si la decía, pero hoy día, ya no pasa nada; han dicho peores palabrotas en Televisa en pleno horario infantil.

Este post está dedicado a mi querida amiga La Reina del Mayab, quien sabe mucho de los pinches chinos, de griegos cochinos y de todo lo que implican las olimpiadas.

Muuuuuuuajá!

No veo mucha tele: odio las series gringas con risas grabadas; lo último de lo que fui fan de niño fue "el hombre nuclear" y "la mujer biónica", ahí me retiré. Si veo el fútbol y todos los deportes que me interesan (soy fan del Golf Channel), y a ratitos veo el Discovery Channel (me encanta la Hora Salvaje -que no es lo mismo que ¡Ora, Salvaje!), Nat Geo, History Channel y todos esos, pero muy poquito; siempre he considerado una sana distancia con "la caja idiota" como decía mi Tío Manito (personaje que merece un post un día de estos, por cierto) y ese sano distanciamiento me permite hacer cosas un poquito más creativas en mi tiempo libre, que en este país de economía emergente y para un working class como yo, es muy poco. Pero eso sí, los mundiales y las olimpiadas me los chuto completitos, me encanta verlos y paso una buena parte de mi tiempo echadote en el sofá o en la cama, acompañado de una nutritiva cervezota o algún trago coquetón, generalmente con mi consorte haciéndome piojito.
Llegó Beijing y sus olimpiadas en agosto, pero noté inmediatamente que las transmisiones de todas las televisoras han sido muy pero muy chafas; eso, para mis queridos lectores de Shrewsbury, Bostwana, Yokohama y Chicoutimi, quiere decir, extremadamente malas. A pesar de que en lo deportivo las dos televisoras importantes lo hacen medianamente bien, la parte humorística es tan, pero tan mala... abusan de gags gastados y del ya tan manoseado albur que hasta las abuelitas entienden, la grosería y lo grotesco.
Por lo tanto he llegado a la conclusión que Andrés Bustamante, el Güiri Güiri y Ponchito, marcaban la diferencia en este tipo de eventos. Dejo a continuación y para los siete amables lectores de éste blog, al mismísimo Dr. Chun Gá, en Seul 88, con su patiño José Ramón Fernández y su patiñito Raúl Orvañanos. El Güiri Güiri, para mi gusto, ha marcado un estilo y una época en el humorismo televisado. Se le extrañó en Beijing, ojalá reaparezca pronto.


lunes, 18 de agosto de 2008

Manolo, Manolo y ya!


El sábado 16 de agosto se cumplieron 12 años de la muerte de Manolo Martínez. Por lo visto, todo el mundo –hasta el taurino– anda ocupado en las olimpiadas y nadie, que yo sepa, se ha acordado de él.
Yo sí me acordé. Me acordé del viernes lluvioso del 96 en que dio su última vuelta al ruedo en su Plaza México, recordé que fue el primer torero que me emocionó cuando era niño, su pase del desdén, su arrogancia infame, sus pocas palabras. Recordé a la Doña en su barrera de sol y a mi mamá buscándola con sus binoculares. Recordé a mi papá diciendo los domingos: hoy hay que comé má temprano porque torea Manolo y se va a llená la plaza. Estacionar la camioneta más lejos que de costumbre y paladear el camino al albero con ese saborcillo torero que ya no es. Avenida de los Insurgentes se dividía en martinistas y antimartinistas; en los que lo idolatrabamos y los que lo reventaban. Los domingos eran la incesante búsqueda del triunfo del bien sobre el mal, el triunfo apoteósico o el fracaso rotundo. Con Manolo no había medias tintas, era todo o nada; era la pasión que ya no queda. Manolo Martínez toreaba como era: con una arrogancia terrible, si el toro no iba el se esperaba hasta que fuera, y con él lo hacía el público; y si no iba, el ya lo sabía y no le importaba, a otra cosa mariposa y entonces, venía la gran bronca en el tendido: siempre habrá gente que te quiere, pero también gente que no. Hay dos momentos de Manolo Martínez que están en mi como si hubieran sucedido ayer: la cornada de "Borrachón" de San Mateo; le gané el puesto a mi hermana en un volado, porque papá sólo tenía dos boletos y mamá se enfermó o algo así. Fue una cornada terrible, al "monstruo" le dio por muerto uno de los médicos que lo operaban: "¿Doctor, no estamos operando un cadáver?" y Don Javier Campos Licastro simplemente siguió sin ver el monitor. La segunda fue la faena de "Amoroso" en 1979; para mí fue la faena más grande que le vi y llegué a pensar que la plaza se iba a caer de tanto escándalo y me dio miedo. Al otro día, Manolo aparecía en la primera plana de todos los periódicos, robando espacio a los políticos y hasta al presidente.
Manolo se fue hace doce años, y dio su última vuelta al ruedo un viernes lluvioso de agosto. Manolo, yo si me acuerdo.

martes, 5 de agosto de 2008

Requiem a Nocturno 22


Como contaba en una entrada de abril, Nocturno 22 era un programa de Radio Cultural Ayuntamiento (105.9 FM en Cancún) en el que participé, viví y gocé; primero como colaborador con mi sección "Entre líneas", leyendo y comentando literatura contemporánea y a partir de abril como director musical.
También, en el mes de febrero puse un post de las elecciones para alcalde en Cancún. A la vuelta de varias impugnaciones y uno que otro pleito, ganó el candidato del PRD y otros partidos chiquitos (literal). El candidato, otrora alcalde, fue cantante y locutor de radio.
Radio Cultural Ayuntamiento era una estación de radio que nació con el municipio. Transmitía variados programas con información para la comunidad, música variada que iba de lo popular tradicional a la clásica, pasando por el jazz, el rock y la música afroantillana. Había noticieros, programas de acción social, era espacio para jóvenes estudiantes de comuncación y sobre todo, había muchos programas cuyo fundamento era el fomento cultural sin desdeñar el entretenimiento. No había espacios comerciales.
El domingo 26 de julio, a las 6 de la tarde, comenzaron las transmisiones de Cancún Radio, "La fuerza joven del amor", que transmite ahora música tropical y grupera, y cuyo objetivo es comercializar espacios publicitarios. El cambio fue impuesto por Greg Sánchez, alcalde del municipio, cuyo eslogan de campaña fue "lo que quiere la gente". Además de tener cinco años de experiencia como locutor y cantante, el alcalde también tendrá un espacio de varias horas en su propio programa al estilo de Fox o tal vez, inspirado en el "Haló Presidente" de Hugo Chávez.
A partir del domingo, se suspendieron todos los programas, incluyendo Nocturno 22, que aunque es sabido que teníamos cuatro amables radioescuchas, nos divertíamos mucho haciéndolo.
Yo tenía la esperanza de hacer un programa de jazz más adelante, con la producción de mi amigo Aldo Chávez, pero por lo visto me voy a quedar chiflando en la loma, como se quedan todos los que participábamos (la gran mayoría desinteresadamente) en Radio Ayuntamiento, pero al parecer, nuestro alcalde, que cree que lo que quiere la gente es circo y baile, le ha dado al traste a un espacio que era de la comunidad y para la comunidad. No todo es baile ni dinero, señor alcalde, lo único que puede salvar al país, comenzando por este municipio, es educación, civismo, cultura y valor social, sobre todo aquí, donde la identidad muta y da desbandadas; debido a que la gente viene de todas partes, donde somos una comunidad que se formó hace 35 años y la población está expuesta de lleno a una transculturación permanente.
Y mientras tanto, en lo que nuestro alcalde se hace bolas tapando los baches que dijo iba a tapar en menos de un mes, en licitar la basura a quién pague más y recicle menos, y en lo que hace sus guiones para su programa de "Haló Greg" o "Greg Contigo" y sus pautas comerciales, yo simplemente digo: Q.E.P.D. Nocturno 22...

domingo, 3 de agosto de 2008

Confesiones de Tango y Cerda Negra


Me jode confesarlo
pero la vida es también un bandoneón
hay quien sostiene que lo toca dios
pero yo estoy seguro de que es Troilo
ya que dios apenas toca el arpa
y mal

fuere quien fuere lo cierto es
que nos estira en un solo ademán purísimo
y luego nos reduce de a poco a casi nada
y claro nos arranca confesiones
quejas que son clamores
vértebras de alegría
esperanzas que vuelven
como los hijos pródigos
y sobre todo como los estribillos

me jode confesarlo
porque lo cierto es que hoy en día
pocos
quieren ser tango
la natural tendencia
es a ser rumba o mambo o chachachá
o merengue o bolero o tal vez casino
en último caso valsecito o milonga
pasodoble jamás
pero cuando dios o Pichuco o quien sea
toma entre sus manos la vida
y le sugiere que llore o regocije
uno siente el tremendo decoro de ser tango
y se deja cantar y ni se acuerda
que allá espera
el estuche.

Mario Benedetti
(Bandoneón)

Yo no sé de dónde me salió el gusto, pero amo el tango. Comencé de chico a escuchar tangos muy viejos que ocasionalmente me encontraba, o los clásicos que cantaba Gardel o Lucho Gatica. Después descubrí a Marianito Mores, que tocó alguna temporada en San Angel, al sur de la Ciudad de México, en las idas de pinta de la secundaria me encantaba ver las fotos del maestro en El Rincón Gaucho, que era un restaurant de postín con variedad. Creo que hasta mis papás fueron a verlo, pero como yo era un chavalillo que iba reprobando la escuela, ni siquiera me consideraron en sus planes. Un día, ví en el programa de Toros y Toreros del canal once (que todavía se transmite, por cierto), una faena de Silverio Pérez, musicalizada con un tango; nunca supe cuál o de quién era, pero aquello fue revelador: dos cuerpos, uno estático y otro con una velocidad feroz, se entrelazaban, se interconectaban y se comunicaban al ritmo de un tango lánguido como la muleta y el son del Faraón de Texcoco. Toro y torero se convertían en una pareja pasional que se jugaba la vida, como la pasión, como el tango.
Puse más atención a aquello, crecí, valoré muchas cosas entre ellas la música, y descubrí a Astor Pantaleón Piazzolla. Hice por aprender lunfardo y hasta tomé clases de tango; aprendí a hacer "el ocho" pero hasta ahí llegué, la maestra me sugirió amablemente que mejor jugara tenis. Pero el tango, su hondura, su pasión, me ha acompañado desde entonces y ya no concibo la vida (ni mi iPod) sin escucharlo. Desde Troilo, Gardel, Pugliese, el inovidable "Polaco" Goyeneche, a quien vi y escuché por primera vez en la película Sur, la garganta con arena de Adriana Varela y desde luego, al gran Astor, el tango es para mí, gasolina musical inspiradora. Con un tango puedo vivir, amar, odiar, recordar, imaginar y morir, para luego volver a resucitar.
Pensaba yo que el tango quedaría ahí, con aquellos nombres, sin nadie más en el futuro que los reemplazara, pero no, afortunadamente el tango le sigue interesando a la gente y en especial, a los jóvenes argentinos. Cerda Negra es una agrupación de 10 muchachos menores de 20 años, porteños todos ellos, que desarrollaron desde muy pibes ese gusto por el tango de arrabal. Se ha de traer en la sangre lo malevo y estos chavales lo hacen desde hace varios años. El director de la "Orquesta Típica Cerda Negra" es Agustín Guerrero, que tiene solo veinte años. Él se ha encargado de fundar la orquesta, que comenzó con un puñado de pibes que se reunían a tocar de manera informal hace cinco años. Hoy la orquesta cuenta con un pianista y director (Agustín), tres bandoneonistas, tres violinistas, dos chelos y un contrabajista. Ha estado de gira en Alemania, comienza a ser una orquesta conocida en Buenos Aires y lo más importante, los jóvenes como ellos están poniéndo atención en el tango nuevamente. Tal vez de aquí saldrán los Troilos y los Piazzollas de este nuevo siglo y el tango renacerá en el preludio para el año 3001.


Si querés ver el sitio web de Cerda Negra cliquea acá. Podés ver también un documental y un vídeo. Chau ché.