martes, 23 de junio de 2009

El Toro de Osborne


Quienes hemos tenido la suerte y la dicha de ver un toro de lidia en el campo bravo no podemos nunca dejar de admirar su majestad. No hay animal más gallardo y valiente que él. En las ganaderías y a la distancia, el bravo pasta tranquilamente, rodeado de sus camaradas si es un utrero, es decir que tiene tres años y está por lidiarse como novillo, o como toro; al cumplir la fecha exacta de su mayoría de edad taurina: cuatro años. Los utreros y cuatreños son apartados y pastan entre ellos, no hay hembras de pormedio. Solo los sementales o los toros indultados tienen el privilegio de pacer con sus vacas, con el objetivo de "padrear" o "cubrir" a su harem.
Puede estar el animal pastando tranquilamente, pero en el momento en que "siente" algo raro, levantará la cabeza y mirará de fijo al intruso, a riesgo de embestir, si se encuentra solo y acosado.
No hay animal más bello que el toro de lidia del campo bravo. Tal vez por esta razón en 1956, la agencia publicitaria Azor, realizó por encargo de la casa Osborne, una valla publicitaria para promocionar el Brandy Veterano. Manolo Prieto fue el encargado de dibujar el primer toro, que desde entonces pasta altivo en muchas carreteras de España y que a la postre se convertiría en un símbolo de la España Cañí. Han pasado muchos años y el astado ha generado su historia y su polémica, al grado de que algunos españoles lo consideran un ícono patrio; sin embargo, algunos otros, como los catalanes, no están tan de acuerdo con ello.


Algunos lo han grafiteado y en otra ocasión le cambiaron el sexo convirtiéndolo en vaca lechera con ubres y todo. Pero el toro ha sido una fuente de inspiración para artistas como Dalí, Pedro Almodovar y Bigas Luna; de éste último, resulta inolvidable aquella escena de Jamón Jamón (1992) en la que Javier Bardem le pega un arrimón de miedo a la debutante y turgente Penélope Cruz bajo un enorme toro de Osborne. Vaya faena.


Actualmente hay 90 toros diseminados por las carreteras españolas y en la mayoría de las provincias, la que más tiene es Andalucía, por obvias razones, con 23 toros; Catalunya tiene uno, el cual ha protagonizado varios derribos y levantones desde el 2004.
El toro ha esparcido su simiente y también hay algunas cuantas vayas en México, sólo que acá se anuncia el Brandy Magno en ellos, y como estamos en México, es un toro más chico y más "criollo"; las vallas en España miden catorce metros de altura mientras que en las carreteras mexicanas los toros alcanzan no más de seis metros; ¿alguna coincidencia con los perri-toros que se lidian en nuestro país?. Recuerdo algunos toros de Brandy Magno en la autopista México-Puebla, un poco antes de llegar a la fábrica de VolksWagen, otro en la autopista a Cuernavaca, en la planicie que está antes de llegar a Tres Marías, y uno más en la autopista a Querétaro, pasando la caseta de Palmillas. Siempre me emociona verlos, mi sangre torera se me revuelve todita aunque estén pequeñitos, también recuerdo la escena de Penélope Cruz en Jamón Jamón, solo que en México tendría que ser con Salma Hayek, y tal vez la película debería llamarse Chicharrón Chicharrón.
Por eso, por la belleza del toro bravo en el campo abierto, por los recuerdos, por la España Cañí, por la buena publicidad y las vueltas del marketing, es que la cabecera del bló del Zorombático se robó un toro de catorce metros, puro encaste de Morube, negro zaíno, cinqueño, bien puesto y con el pitón derecho escobillado, que observa en lontananza a los cuatro incautos que caen a leer de vez en cuando. Sirva también para festejar los cien post escritos, que han sido como cien toros toreados; algunos se han dejado echar mano, otros me han hecho... "sudar tinta".

Si quiere usté ver a los toros de Osborne vistos por diferentes artistas y personalidades en el 50 aniversario de la valla, de click aquí, es un interesante blog de marketing . Pero se en realidad lo que desea ver es una nota de El Mundo, de click aquí por favor. Sin embargo, si lo que usté quiere ver es a Penélope Cruz o a Salma Hayek, vaya a You Tube. Yo ya fui.

domingo, 21 de junio de 2009

El cuento de la clase política


Había una vez una Revolución Mexicana que tuvo un caudillo, se llamaba Francisco I. Madero, pero lo mató Victoriano Huerta, a Huerta lo mató Carranza, a Carranza lo asesinó Álvaro Obregón y a éste, lo mandó matar Plutarco Elías Calles. Lo sensacional de la historia es que todos menos Huerta, son héroes nacionales y hay calles y delegaciones con sus nombres.
De la Revolución nació un partido que se llama PRI, gobernó setenta años. En ese lapso, México perdió su autonomía alimentaria en 1969, justo al terminar el mandato de Díaz Ordaz. Luis Echeverría mandó matar a miles de estudiantes y disidentes de su gobierno. Así como mató, robó, y sus crímenes siguen impunes. José López Portillo tuvo un lema al iniciar su mandato: "vamos a administrar la abundancia", para cuando terminó, dejó para la posteridad su célebre frase: "ya nos saquearon... no nos volverán a saquear" y lloró como un perro. Para qué sigo con los priístas... voy a demorar mucho denunciando barrabasadas históricas.
Había una vez una palabrita que se puso de moda a finales del siglo pasado: democracia. Y la estrenó el PAN con un presidente con botas, cuya mujer terminó gobernándolo a él, y al país.
Había una vez un candidato del PRD que se pasa por el arco del triunfo a las instituciones, a su propio partido y a las propias leyes, se llama Manuel Andrés López Obrador (MALO).
Había una vez un montón de partiditos chiquitos, llenos de refugiados de los tres partidos "grandes", que son un negocio redondo para quienes los fundan, que obtienen solo el 2% de los votos del electorado total.
Había una vez un país en el cual el voto de un ciudadano cuesta $178 pesos ($13.32 dólares) y tiene una cámara de diputados y otra de senadores que no legislan.
Había una vez una exmedallista olímpica que al terminar su carrera deportiva quiere ser delegada en una ciudad en la cual nunca ha vivido.
Había una vez un país, que dice que tiene democracia y no puede ofrecer absolutamente nada bueno a los electores, en las elecciones del 5 de julio. Había una vez un país en total estancamiento político.
FIN

Ilustración: Zócalo-Saltillo

miércoles, 10 de junio de 2009

Revolución en caricatura


Cuando era un chavalillo me gustaba ir a la casa de la abuela en bici. Era una aventura de unos 6 kilómetros de mi casa a su casa. La abuela ejercía una extraña fascinación en mí, por lo que a pesar de que sólo tenía 11 años, no me daba miedo circular en mi bici Benotto amarilla en una "calzada" altamente transitada por camiones y "peseros" para llegar hasta la casa de la abuelita, que me recibía en su delantal cotidiano, feliz de la vida de que uno de sus doscientos nietos la visitara en alguna mañana cualquiera de verano y sin previo aviso. Además yo era el consentido de la abuela y algunas tías debido a mis naturales encantos (algunos persisten hasta ahora, believe it or not). Después de retacarme de comida y dulces, la abuela retomaba sus actividades diarias como alimentar a sus canarios o hacer carpetas de crochet y ganchillo. En una ocasión se me ocurrió preguntarle acerca de la Revolución Mexicana, la cual era asignatura pendiente en el quinto de primaria que cursaba. Recuerdo que me quedé patidifuso porque la abuela dejó el ganchillo, se puso seria y se soltó un par de horas hablando de su vida de niña en los tiempos de la Revolución.
En mi mente de niño, pensaba que eso había sucedido hacía miles de años, confundiéndose casi, con la era mesozoica. Un niño no concibe que su abuela fue niña; a los abuelos se los imagina que siempre fueron viejitos.
La abuela me habló de balazos, cañonazos, muertos en la calle y de cómo su madre tuvo que esconder en un convento a sus hijos durante la Decena Trágica; también habló de un señor que pasó una vez a unos metros de ella, chaparrito pero con mucho carácter, que se llamaba Francisco Madero. Mi mente hizo clic con lo que me habían dicho en la escuela, ¡ese Madero era el mismo que el de la clase de historia! La abuela siguió contándome cuentos que por primera vez cobraban sentido, y conforme describía al personaje yo recordaba la clase de historia y dibujaba al chaparrito como lo describía mi abuela, con sus botas, sus espuelas, su carabina y sus barbas, sin imaginar que tal vez estaba haciendo mi primera nota gráfica, la cual completaría muchos años después en este bló.
Es el único dibujo que conservo de cuando era niño; dibujaba mucho, unos dos o tres al día y la mayoría los regalaba como éste que se lo di a la abuela ese día y regresó a mí, vía una tía, antes de venir a vivir a Cancún. Era 1977, la abuela murió en 1982 con más de ochenta historias de la Revolución a cuestas.

lunes, 8 de junio de 2009

!Dígale que no a esa pelota!


Según los cronistas de antaño, es "el rey de los deportes". Me gusta el béisbol y mucho; tiene su propia estética, su propia métrica y una liturgia muy particular. Tal vez es el ritmo del juego, que se lleva a cabo a tercios, mas no los tercios geométricos de la Tauromaquia; el béisbol es matemático y preciso, al cien por ciento.


Esta temporada, gracias a mi amigo Luis, tengo acreditación de fotógrafo, lo cual me permite espiar a los protagonistas un tanto cuanto más de cerca.


Como a mi amigo el cácher, que está enviando un bonito y delicado ósculo a alguna changuita del respetable.


Por eso es recomendable voltear para otro lado... No todo el espectáculo lo hacen los peloteros.


Mi amigo Rubén vende el "Choripán Oficial" de los Tigres de Quintana Roo, una muestra de la transculturación deportiva llevada a mil; un juego totalmente gringo, en un país donde los tacos son la ley del tentempié, vino un argentino talentoso y tropicalizó unos deliciosos hot-dogs bonaerenses con bolillo y chimichurri. Hay que probarlos, son buenísimos.


Ayer fue el Juego de Estrellas de la Liga Mexicana. Para las cinco de la tarde el parque de pelota estaba casi lleno. A pesar del calor, la competencia de jonrones fue toda una experiencia.


Había que ver cómo y con qué facilidad, los mejores peloteros de la liga hacían volar a "doña blanca" por todo el parque.


Y bueno, las señoritas estaban muy cerca de donde vendían la cerveza. Por más que trataba de evitarlas se aparecían de repente. Creo que tenían calor.


Finalmente, después de jonrones, choripanes, tacos, kibis, mucha cerveza, fuegos artificiales y una bonita rechifla al alcalde de Cancún Gregorio Sánchez, comenzó el partido. El Norte le ganó 13 a 3 al Sur.
El béisbol, el "rey de los deportes". Sería bueno que los mexicanos volteáramos la mirada después de los bochornos que tenemos que pasar en el fútbol ante poderosas escuadras como la de El Salvador y ante el pésimo papel de los protagonistas del fútbol mexicano.
Pero eso es otro cuento que por hartazgo, no voy a tocar en un buen rato.

lunes, 1 de junio de 2009

Gorbachov en bicicleta

Aclaración para los incautos que pasan por este blog y nacieron después de milnovecientos ochentainueve: CCCP no significa Cu-Curru-Cucú-Paloma; es el acrónimo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, dicho esto en ruso.
Mijaíl Gorbachov fue el sexto descendiente del poder de Vladimir Ilich Lenin y último presidente del Soviet Supremo. Con él desapareció la URSS y algunos más le atribuyen también el fin de los culebrones hollywoodenses de gringos contra rusos; aquellas películas donde el mundo pendía de un hilo mientras ambos gobiernos se enfrascaban en batallas campales para hacerse del switch del misil nuclear. Hasta Rocky luchó contra el "imperialismo del mal" peleando con el boxeador ruso Iván Drago. Rocky le ganó y se quedó con su novia rubia, una walquiria de apellido Nielsen. De regreso a la tierra de las oportunidades, la nena se divorció de Rocky, se declaró muchacho y cobró un jugoso acuerdo postnupcial. ¿Quién ganó realmente?.
Mijaíl, cambió la historia del mundo; además de dejar sin temática a los guionistas de cine estadounidense fue el precursor de un nuevo orden mundial; con la glásnost y la perestroika abrió a la URSS a una economía de mercado, a la cual muchos opinan que los soviéticos no estaban preparados; pero sobretodo, a él se le atribuye la caída del muro, no solamente al emblemático de Berlín, sino al que dividía al mundo en dos bloques: el capitalista y el socialista.
Al disolverse la Unión Soviética en 1991, Gorbachov se retiró de la política intentando volver en las elecciones de 1996, donde alcanzó solamente el 1% de los votos. Se dedicó entonces a dar conferencias por el mundo donde cobraba jugosos dividendos de curso legal.
A finales de los ochentas era yo un ávido ciclista de veinte años que corría en el equipo de la universidad y que le interesaba el tema socialista. Uno de esos días, hojeando una revista española (Ciclismo a fondo, No. 55 Mayo de 1990) di con Mijaíl. Sabía que era un montaje, sin embargo me gustó mucho la foto y la publicidad. El texto hablaba de que las bicicletas eran para todos y eran patrimonio de todas las civilizaciones del mundo. Me impresionó la mancha de vino en la frente del político con la forma del logotipo de la marca. Por esos años ya sabía a lo que me iba a dedicar en el futuro y esa foto resultó una contradictoria inspiración. Decidí guardarla entre mis recuerdos favoritos.
Los años pasaron, el mundo cambió; se transformaron mis ideas. Hoy estrené un escáner y esta foto lo ha inaugurado, así como una nueva sección en este bló.
¿Qué paso con Mijaíl? Curiosamente, tiene mucho dinero (ha de ser por las conferencias). Su única esposa, Raísa, murió de leucemia en 1999. También tiene una fundación de estudios sociopolíticos.
En el 2007 formó parte de una campaña de Louis Vuitton junto con Catherine Deneuve, André Agassi y Steffi Graf. Posó con el muro de Berlín de fondo.

La foto fue tomada por Annie Leibovitz, y aquí no hay montaje. Definitivamente es él, con todos sus años a cuestas. No se si el camarada Gorby habrá llegado a ver la foto del político de poderosas piernas, montado en su Specialized y enfundado en el suéter soviético; con todas las vueltas que ha dado el mundo, no estoy cierto en cuál habrá de preferir.