lunes, 18 de agosto de 2008
Manolo, Manolo y ya!
El sábado 16 de agosto se cumplieron 12 años de la muerte de Manolo Martínez. Por lo visto, todo el mundo –hasta el taurino– anda ocupado en las olimpiadas y nadie, que yo sepa, se ha acordado de él.
Yo sí me acordé. Me acordé del viernes lluvioso del 96 en que dio su última vuelta al ruedo en su Plaza México, recordé que fue el primer torero que me emocionó cuando era niño, su pase del desdén, su arrogancia infame, sus pocas palabras. Recordé a la Doña en su barrera de sol y a mi mamá buscándola con sus binoculares. Recordé a mi papá diciendo los domingos: hoy hay que comé má temprano porque torea Manolo y se va a llená la plaza. Estacionar la camioneta más lejos que de costumbre y paladear el camino al albero con ese saborcillo torero que ya no es. Avenida de los Insurgentes se dividía en martinistas y antimartinistas; en los que lo idolatrabamos y los que lo reventaban. Los domingos eran la incesante búsqueda del triunfo del bien sobre el mal, el triunfo apoteósico o el fracaso rotundo. Con Manolo no había medias tintas, era todo o nada; era la pasión que ya no queda. Manolo Martínez toreaba como era: con una arrogancia terrible, si el toro no iba el se esperaba hasta que fuera, y con él lo hacía el público; y si no iba, el ya lo sabía y no le importaba, a otra cosa mariposa y entonces, venía la gran bronca en el tendido: siempre habrá gente que te quiere, pero también gente que no. Hay dos momentos de Manolo Martínez que están en mi como si hubieran sucedido ayer: la cornada de "Borrachón" de San Mateo; le gané el puesto a mi hermana en un volado, porque papá sólo tenía dos boletos y mamá se enfermó o algo así. Fue una cornada terrible, al "monstruo" le dio por muerto uno de los médicos que lo operaban: "¿Doctor, no estamos operando un cadáver?" y Don Javier Campos Licastro simplemente siguió sin ver el monitor. La segunda fue la faena de "Amoroso" en 1979; para mí fue la faena más grande que le vi y llegué a pensar que la plaza se iba a caer de tanto escándalo y me dio miedo. Al otro día, Manolo aparecía en la primera plana de todos los periódicos, robando espacio a los políticos y hasta al presidente.
Manolo se fue hace doce años, y dio su última vuelta al ruedo un viernes lluvioso de agosto. Manolo, yo si me acuerdo.
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4 comentarios:
Mire usted....ahora si estamos en completo desacuerdo en opiniones.
Detesto, aborrezco y condeno todo tipo de maltrato animal con el fin de diversión humana, es algo que mi chato cerebro no puede entender, ni mi estrecha lógica me alcanza a comprender , como puede ser que haya gente que dedique su vida , para hacer sufrir a un animal, y gente que page por ver ese “ espectáculo “ tan abominable.
Sigo sin comprender , como es q estamos en el siglo XXI , y seguimos comportándonos como simios en la época de los emperadores romanos , cuando se echaban los humanos a los leones, y era un "espectáculo".
Con este tipo de "fiestas" , mostramos nuestra condición humana , que de humana no tiene nada.
Siento decirlo , pero cada ves q me entero que un toro corno a su victima , salto de alegría. No se lo tome personal ehhh!! Es una simple y humilde opinión de su servilleta y ya no sigo por que me enchilo mas.
Nena Mostra, ¿como le explico?... lo que pasa es que habemos un grupillo de gente en el mundo que se nos inocula un virus muy cañón desde chiquitos que se llama "gusanillo taurino", no crea que gozamos con el sufrimiento de los animales, en realidad va hacia la parte estética, artística, y filosófica de la vida; para los que nos gusta esto, es como una metáfora de la lucha ante la vida, porque un toro lo puede a usted matar en cualquier descuido (y han muerto muchos) pero también puede llegar a vivir. De hecho, el toro de lidia, animal hermoso y gallardo, vive gracias al hombre, es decir, es un híbrido creado por el hombre, como las razas de algunos perros y gatos; si no existiera "la fiesta" taurina, el toro de lidia tampoco. Estos animales son criados como reyes y pastan en las dehesas libremente por tres, cuatro o hasta cinco años, mientras que el ganado cárnico que se consume en el mercado es engordado en 6 meses en cajones de 2 x 2, algunos de ellos no llegan a ver la luz del sol. Pero mire, en realidad de lo que yo quería hablar era de Manolo Martínez, un hombre que eligió ser torero y lo fue, inundando pasión por donde pasaba, y fíjese que chistoso, su tío abuelo fue Venustiano Carranza, el único presidente de México que ha prohibido las corridas de toros entre 1914 y 1920, qué ironía ¿no?.
Y si, estoy de acuerdo en algún punto con usted, estamos en el siglo XXI y el mundo y las actitudes van cambiando, yo le puedo asegurar que le quedan pocos años a las corridas de toros (por lo menos en México y AL, en España es otra cosa, allá si es una industria). Gracias por pasar y me encanta que tengamos un desacuerdo tan civilizado.
Olé, me gustó ttu narración de la llegada a la plaza, tu recuerdo de Manolo Martínez. Aunque a mi no me tocó verlo y por las referencias que tengo de él lo tengo por buen torero pero no, no es mi torero.
Fíjate que sí lo recordaron(al menos en la "prensa especializada" sólo supe de dos medios, un diario y un canal de TV), pero el artículo no creo que te guste leerlo, da una imagen que no apoarat nada en lo taurino, y sólo parece querer "desenterrar un muerto".
Y para recordar mejor a Manolo, no sé si conozcas el libro que con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, le dedicó el fotógrafo taurino, Donaciano Botello: "Manolo Martínez, genio y figura). Mira te copio unos enlaces:
http://www.centrotaurinoqueretano.com.mx/images/botello.jpg
http://www.centroculturaldelatauromaquia.com/actividades2.php?actividad=4
Me atrevo a recomnedrte el libro por las fotos de Botello y por los texto que las acompañan que hay muy buenas plumas. Además porque veo que te gusta leer...ya vi que estas con el del Sabina.
Un saludo
Callao; qué gusto verte por éste tu blog. Muchas gracias por tus comentarios y recomendaciones que voy a ver con avidez. También me daré una vuelta por tu blog, que así, de pasadita, se ve que es una chulada de blog taurino.
Del libro que me recomiendas, voy a buscarlo para hacerme de él. Manolo no es mi único torero favorito, desde luego, pero la literatura que se ha escrito sobre el de Monterrey generalmente es interesante. El mejor, a mi gusto es "Un demonio de pasión" de Cantú. Me parece un libro biográfico muy bueno, con datos contundentes y fríos, escrito un par de años después de su retiro definitivo, pero antes de su muerte.
Fíjate qué interesante sería un libro de Manolo, a doce años de su muerte, que hable de muchas cosas de las que nadie se ha atrevido a hablar; su parte oscura y el daño que le hizo a la fiesta de toros en México.
Matador, un abrazo y enhorabuena por la foto de ese derechazo donde, al parecer embarcaste de largo y con gallardía al utrero.
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