He tomado dos decisiones en mi vida de las cuales nunca me he arrepentido. La primera fue la carrera que estudié. La segunda, la mujer con la que me casé. En ambos casos, y en algunos momentos, la duda me ha asaltado, como sucede en la cabeza de cualquier zorombático inquieto; sin embargo, prevalece el regusto.
El miércoles cumplí nueve años casado con la Consorte. Hace diez había llegado a mi vida como un paquete de FedEx hasta la puerta de mi departamentito de la Nápoles. Nos hicimos novios en los toros, luego me vine a Cancún y la mandé llamar porque sabía, tuve la certeza, de que después de muchas "amistades" ella era la indicada para llevarse el gato al agua; la ganadora de la rifa del tigre.
La Consorte se volvió mi compañera; mi amiga, socia e internauta de este trayecto de la vida. Hemos vivido ya nueve años de aventuras y complicidades; de gozo y alborozo y una que otra lagrimita, y el matrimonio, para mí, ha sido el mejor y el más solidario estado civil.
3 comentarios:
Muchas felicidades Zorombas y Consorte. En tiempos de sitio defeño, da gusto saber que alguien le siguen importando las cosas importantes de la vida, como bloggear y el amoooooout.
Beso a los dos
Felicidades, Tocayo y consorte. Nueve años no son pocos, pero... lo mejor está por venir!!
qué bonito, yo quiero ser feliz cuando me arrejunte con alguien, quiero vivr enamorada, quiero que si las cosas no funcionan no siga como si lo hicieran, quiero llegar a casa y sentirme tranquila, no llegar a casa sabiendo que me espera una pelea, giugh! vive l'amour...! :D
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