martes, 20 de enero de 2009

De purísima y oro (el egoísmo)


De purísima y oro es el color de un traje de luces, terno o vestido de torear, que significa azul celeste con alamares en hilo de oro. También es una licencia poética que se permitió el fantástico (y extraordinario) Joaquín Sabina al escribir un verso épico de la España en tiempos de Manolete, el cual dedicó diciéndose inspirado, por José Tomás.
Cabe señalar que Manolete no murió aquella tarde de agosto en Linares de purísima y oro, sino de palo de rosa y oro, cuando mataba para morir a un toro de Miura, llamado Islero. Sin embargo, muchas, si no es que todas las referencias del poema de Joaquín Sabina, son ciertas. Tan ciertas como Lupe Sino, quien fue su amante durante muchos años y quiso, como todos los amantes, morir cuando Manolete, el estatuario, moría aquella tarde de agosto de 1947. Solo en una copla de Juan Solano convertida en tango quedaba el recuerdo:

Manolete, Manolete ya te lo decía yo,
que un torito de miura iba a ser tu perdición...
La novia de Manolete
ya no lleva más collares
porque Manolete ha muerto en la Plaza de Linares

Y vino Sabina a recordar, a rescatar y a desenterrar a Manolete, Lupe Sino y a la España cañí de esos años, con su paella de "Riscal", con su barra de "Chicote" y su "señá" Cibeles, casi medio siglo después, a consecuencia, dice él, de José Tomás.


Pero el tiempo de José Tomás no es el mismo que el de Manolete, y en lugar de paella en el Riscal y barras en Chicote ahora hay celulares y encierros on line, y en lugar de pesetas ahora se cobra en euros, y las fotos son en color y digitales.


José Tomás volvió a La México, a la plaza que le dio la alternativa y al país que lo arropó cuando no podía torear ni foguearse como novillero en España. Pero esta vez lo hizo rodeado de un misticismo que no sabe uno si es producto de lo estatuario de su toreo, de haber vuelto del retiro para consagrarse en Madrid el año pasado cortando cuatro orejas en una tarde, o simplemente, producto de las nuevas estrategias de marketing del siglo XXI. Lo hizo privando a la afición mexicana de verlo por televisión y exigió torear un descastado encierro de Teófilo Gómez, quien lo apoyó y es su amigo desde que el de Galapagar pisó tierras mexicanas. Dicen los que saben que el artífice de todas estas salvajadas es Salvador Boix, su apoderado catalán, que José Tomás es un tipo serio y sumido en el silencio y la meditación cuando ha de torear.


Y a las cuatro de la tarde la sesentona Plaza México estaba casi llena de aficionados de relumbrón la mayoría, convocados por Loret de Mola y demás gente bonita, que solamente han oído del de Galapagar por los noticieros de moda y los niños pijos.
No cabe duda que José Tomás es un torero extraordinario; tiene oficio y carece aparentemente de lo que los toreros comunes llaman miedo. Estuvo voluntarioso y estatuario; es impresionante su capacidad para permanecer quieto, sin moverse un ápice haciendo que el toro pase por donde él quiere que pase.
Pero hubo una cosa, un hecho que me desilusionó y casi me arrepiento de haber viajado más de dos mil kilómetros para verlo: en un momento, cuando el soso, descastado y bobalicón toro de Teófilo Gómez que no representaba peligro alguno, el torero hispánico, presintiendo que la faena se le iba a menos por los incipientes chillidos del respetable, citó, para mi gusto con toda la alevosía de su mano izquierda al toro, para que éste, guiado por la luz que había dejado en la tela roja, arrollara a José Tomás, quien como actor de tragedia griega, se levantara con gesto de gladiador inclemente, escuchando los gritos eufóricos provocados por el efecto recién logrado: "torero, torero".
José Tomás, para mi gusto, usa el tremendismo de la valentía como efecto. Si me preguntaba por qué no quería cámaras de televisión en la plaza, la respuesta es que además del egoísmo mercadológico, el torero y su apoderado catalán tienen miedo a las evidencias del engaño: toros descastados y sin peligro, probablemente hasta arreglados y una "afición" acrítica, ahormada a lo largo de varios años de total ignorancia taurina.
Dejo un breve recuento de mi incursión taurina de fin de semana: a) me hubiera gustado ver a José Tomás con toros de verdad, no esos perri-toros sin peligro y sin bravura. b) A mi "gallo" El Payo le falta mucho, pero mucho para llegar al sitio donde creí que ya estaba. c) "El Cejas" fue una muy agradable sorpresa. d) La afición taurina en México agoniza peligrosamente; parecía que estaba en una función de Circ-du-solei, región 4 y al aire libre. e) La fiesta taurina en México está llegando a su fin, como lo he estado pronosticando sucesivamente en este blog. f) Hablando del blog y sus maravillas: compartí la tarde con Callao, papá del extraordinario blog Gaoneras; Octavio, fue un placer, eres un aficionado auténtico y extraordinario. g) Compartir una tarde de toros con mis papás y mi hermana, valen la pena ante tanto efecto.

Fotos: la primera y la última las tomé yo con una camarita que metí de contrabando a la plaza. La del Monstruo de Córdoba es de puertagrande.net y la de JT se la robé (como muchas que le he robado) a Manón.


4 comentarios:

Octavio dijo...

Gracias Zoro, un gusto enorme para mi compartir esa tarde con ustedes. Pero creo que ya ni aficionado seré, y asesinaré a mi hijo… en eso se ocupa mi mente, cómo darle una muerte digna.

Sí, De Purísima y oro, de las más exquisitas canciones del Sabina, Y sí, en su libro “Con buena letra” se la dedica, pero la canción salió antes del libro en el disco 19 dias y 500 noches y se la dedica a un poeta, creo que argentino y que creo vive en México y creo que exiliado, y creo en su tierra lo pasó bastante mal por la política y el gran Joaquín, le dedicó la canción, más o menos así:“.. a Juan Gelman, por seguir de pie..". Pero bueno,él es el dueño de la canción, él sabrá...

Un abrazo y muchas gracias por tanta gentileza tuya y de los tuyos.
Octavio Lara

Miguel Miranda dijo...

Nooooooooo, no lo mates!!!! Practícale una cirugía mayor, ponle bubis falsas, habla de Paquita la del Barrio ¡¡¡Pero no lo mates!!!!
Habla de toros antes de 1999, haz un sitio oficial de Conchita Cintrón, o de José Alameda, o tal vez el panteón de los toreros muertos: Manolete, Dominguín y Gitanillo de Triana... pero no lo mates!!!
Que tal un blog de los chismes no oficiales del toreo? como los que no acabamos de terminar de platicar la tarde del domingo pasado? ya te convencí?
Me encantó lo de Juan Gelman, no lo sabía. Quiere decir que a Sabina también le gusta el efecto.
Un abrazo Octavio, fue un verdadero gusto conocerte.

Ma. Manolita Paraphernalia dijo...

Y ahora las fotos se toman con ráfaga, se deja apretado el botón y que el aparato haga todo... que el arte se esfume ante la tecnología y desaparezca el sentimiento. Así como presenciamos la agonía de La Fiesta, los escriores y artistas plástcos que valen la pena van muriendo y los matadores, los verdaderos toreros sucumben ante la fama, el parné, las gachís y todo esto se va al destazadero.
Fue un gusto encontrar tu blog, hasta luego.

Ma. Manolita Paraphernalia dijo...
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