domingo, 28 de septiembre de 2008
Los héroes del planeta
El sábado, mi consorte me espetó una pregunta que me dejó frío: "¿quieres ser héroe del planeta?", me lo dijo así, con cara de Batichica viendo a Bruno Díaz. Como soy un hombre de acción (y de axiomas) no medité un segundo en el "¿qué hay que hacer?". Se trataba de ir con algunos amigos y compañeros de su trabajo (una cadena de hoteles internacionales) a recoger basura de la playa.
Nunca me he considerado ecologista –ni ginecologista–, me cae mal todo lo que se acerca al fundamentalismo, incluso algunos pesados de Green Peace (con sus sagradas excepciones, como la chica argentina –o uruguaya, no recuerdo– que hace un tiempo hizo un hermoso y detallado streap tease), sin embargo trato de ser un buen ciudadano del mundo: nunca, ni por error, tiro basura que no sea dentro de un cubo de basura; mi consorte, que es más verde que yo para algunas cosas, se toma el tiempo de ir a tiraderos especiales de PET con los residuos ya separados, y en general procuramos ser respetuosos con el ambiente. Nada del otro mundo y nada que sea complicado de hacer.
Así que el sábado en la tarde ahí estábamos, en Playa Delfines, la playa pública más grande de Cancún (sólo hay cinco públicas, aclaro). Cada uno tenía tres bolsas plásticas para separar los desechos, comencé por unos matorrales que hay en una hondonada y a la vuelta de quince minutos ya llevaba las bolsas a la mitad. La lista es interminable: colillas de cigarro, botellas de todo tipo, latas, restos de comida, servilletas, arandelas de cerveza, vasos y muchos, muchísimos restos de unicel, taparroscas en cantidades exorbitantes, suelas de zapatos y una lista interminable de cosas inverosímiles como pipas de crack, condones y tampones.
Encontramos gente de todo tipo; desde la que te ayudaba levantándose del lugar donde estaba y colaboraba, hasta zarampahuilos mononeuronales que arrojaban basura hacia ti, como diciendo "que bueno que pasas por aquí, para que hagas lo que a mí me da pereza".
Y así, seguimos levantando objetos rumbo al sur, caminamos cerca de tres kilómetros y medio, con el atardecer como telón de fondo en la pizca de residuos generados por los humanos.
Las playas de Cancún, que es una barra arenosa desde Punta Cancún hasta Punta Nizuc de unos diez kilómetros de largo, ya han resentido los efectos de la erosión, parte por los huracanes y parte por el calentamiento global. Lo que hace treinta años eran playones vírgenes con selva y laguna del otro lado, ahora son playas estrechas con arena reducida (en algunos casos se ha tenido que "sembrar" arena por medio de dragado) y muchas piedras. A pesar de todo, las tortugas que han desovado en estas playas por miles de años lo siguen haciendo. Estos mansos animales siempre regresan a desovar al lugar donde nacieron, entonces, una tortuga que por ejemplo, esté en plena madurez (como de 45 años) regresará siempre al mismo lugar donde nació a enterrar sus huevos, para que la arena cálida y húmeda incube una nueva generación de quelonios. Y ahí estaban ellas; en nuestro andar dimos con varias nidadas de tortuguitas que justo estaban naciendo esa tarde. Afortunadamente, hay un programa de conservación de la tortuga marina entre los hoteleros y el ayuntamiento: los hoteles de las zonas de desove protegen, clasifican y resguardan los huevos hasta que estos eclosionan, luego son liberadas las tortuguitas al anochecer de ciertos días en que la ocupación valga la pena para hacer el show. Esto da cierto margen de maniobra a las pequeñas tortugas porque, aunque haya turistas (y niños) no se permiten fotos con flash, no hay gaviotas y se allana el camino hacia el mar. De cada mil tortuguitas liberadas, solo cinco en el mejor de los casos, llegará a la madurez.
Entrada la tarde, los doce de la tribu llenamos los formularios del programa internacional Ocean Conservancy, el cual promueve la conservación saludable de las playas y los océanos además de oponerse a las prácticas que amenazan vida del océano.
Entregamos aproximadamente setenta kilos de basura a las autoridades del Westin Regina, mayormente envases y pedazos de plástico y unicel.
Yo no era ambientalista, ni verde, ni ecologista y mucho menos ginecologista, pero como tengo bien claro que voy a vivir por lo menos hasta el 2036, fecha en la cual me estaré dando de baja voluntaria, me gustaría ver el mundo ya no mejor de como está, por lo menos igual.
Y con toda esa horda de gañanes que tiran basura en las playas o en cualquier lado, habrá que hacer alguna ley para que dejen de hacerlo. Mi amigo Erick y yo, hace muchos años, planeamos la "ley garrote": tiras una lata de cerveza en la calle o en la playa, entonces un policía igual de animal que tú te dará un garrotazo, lo vuelves a hacer: dos garrotazos... y así, exponencialmente. Estoy seguro que funcionaría. Piénsenlo. Para ya no hacer corajes, aquí les dejo un trocito del mar de Cancún.
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5 comentarios:
mi querido zorombas: le extiendo mis mas sinceras congratulaciones por su excelente labor altruista y por el bien de su paraiso. Apoco no se siente mejor con su linda persona?
Mire, eso de la ley del garrote esta bien, pero antes de madrearlos es EDUCARLOS a toda esa bola de minotauros, y es un problema de EDCACION Y VALORES en mexico , hablo en general. Desafortunadamente nuestros bisabuelos tienen la culpa de que hoy seamos tranzas, ratas, chantas, mentirosos, cochinos, vulgares, y OBESOS. Recuerde lo que decian esos mismos bisabuelos: LA EDUCACION SE MAMA...y muchos mexicanos fuimos huerfanos y crecimos y nos educaron como cavernicolas , con instintos primarios llevados a sus maximas expresiones ( nuestra politica) y tan sencillos como tirar basura en la calle.
Que raro que entre tantas cosas inverosimiles no se hayan encontrado un cadaver, o un dedo.
Felicitaciones de nuevo....es una gran labor,ojala existieran 100 personas mas por cada una de las que fueron a limpiar la playa.
Durante mucho tiempo tuve una especie de pacto con el mar, lo primero que hacía al verlo era correr para que él me besara mis pies. Prácticamente era una rutina necesaria para poder sentir que había llegado a la costa.
Mi rito espiritual quedó, por primera vez, interrumpido en mi última visita a Cancún, atrapada entre las bardas de concreto del hotel donde me hospede y el mar violento que revienta sobre estos muros lloré en silencio. Antes, y digo sólo hace 6 meses, en ese hotel quedaba un playoncito de 10 metros, el último huracán se llevó lo que quedaba.
Pero no sólo es el clima, también mi especie se llevó los colores y la diversidad de la laguna de Xe-Há. La primera vez, hace quizás 20 años, esa laguan estaba repleta de vida, ahora es un circo triste de delfines y desierto desolado de fauna y flora marina que también me hizo llorar en silencio, avergonzada, supe que mi hijo por desgracia esta recibiendo un mundo desbastado por la estupidez humana.
Zorombas:
Gracias por limpiar la playa. Acá, en el defectuoso, todo se está inundando un poquito. No ha parado de llover.
Yo reciclo mucho el agua que se usa en casa. Ya sabe, trapito amarrado a la regadera, cae en botella, botella a la lavadora, de la lavadora a trapear de trapear a jalarle al WC... ayer encontré un charco en el piso del baño. No sé de dónde sale ni de dónde viene la fuga. EStoy histérica.
De la ley del garrote, esoty de acuerdo. Sin enmendaduras de ningún tipo. Hay que educar sí, pero el pendejo que ya alcanza el apagador, ya tuvo que haber aprendido a no tirar basura.
Así que garrote
Atento ese Zorombático. Yo no te conocía tantas mañas enmendadoras, te has pulido mi querido diamente ya no tan en bruto. Mira que en vez de ir al golf salirte a levantar basura, le zumba y le re-zumba. Además proponer garrote vil a tanto (recordando a nuestro mutuo y fino amigo Watson) pizote cruzado con zarahuato, encierra un dilema: ¿quien se sonará a quien en este bendito país? Esa receta no nos la "recetaste". Un cuico debiera empezar con autoadministrarse una dosis gigantesca de garrotazos cual penitente en semana santa. Y al final, se quedará en el suelo como basura. Y de ahí, la burra va de vuelta al trigo...
Mi querida Nena Mostra, mil gracias pero no fue pa tanto. Lo que sí le digo es que me HE CANSADO de pregonar en mi blog y en otros lados eso de la educación, los valores y los buenos modales, pero qué puede usté esperar cuando el civismo como materia dejó de existir cuando y o iba en secundaria y Elba Esther Gordillo es la lidereza de la educación en México... lo nuestro ya no tiene remedio, creo yo, más que el garrote, o se la pongo más simple: la multa, pero ai le va otra: corrupción... chale, me doy.
Maribel: parece que nos va a llevar candinga, así que dile al pequeño Dylan que vaya abriendo bien los ojos y guardando sus recuerdos mentales, porque, imagínate lo que verán tus nietos... que pesimista, verdad? nunca comentas y yo salgo con mi batea de babas... perdón
Doña Eme:Usté me cai que si me comprende. Además, fíjese que me mandó el agua pa'acá. Hoy tuve que achicar el agua que se metió al cuarto de la lavadora y me acordé de usté.
Mi Lucas: fíjate que si me fui al golf al oto día, y me fue rebien. Los fierros están re buenos pa repartir gañafonazo limpio, qué? me ayudas?
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