viernes, 23 de abril de 2010

Gazpacho


Hace muchos años, cuando llegué a vivir a mi bucólico y pintoresco departamentito de soltero de la Colonia Nápoles, recibí un regalo del Messié y de la inolvidable Magalí; era un libraco de P.J. O'Rourke titulado "Cómo tener la casa como un cerdo. Guía doméstica del perfecto soltero". Esta joyita de la literatura universal contemporánea es un compendio de consejos para solteros inútiles y un tanto confundidos en los lineamientos a seguir de la cotidianidad doméstica. A esta guía no hay que tomarla muy en serio, es una suculenta chunga escrita por un inglés post-ochentero que seguramente anduvo pacheco todo el rato que le tomó escribir este "manualito" de 167 páginas. Con tópicos como "Principios básicos de limpieza del hogar", "Cocina para solteros" y la inefable "Miscelánea de consejos para solteros" el libro te va llevando de idiotez en idiotez hasta desternillarte de la risa. Aquí un extracto:

Casi todas las variedades de carne son lo bastante buenas para saber mejor que las verduras, menos la ternera. Las terneras son vacas muy jóvenes, al igual que las novias muy jóvenes, resultan monas, pero sosas y caras. Con el tiempo, la ternera se convierten en cosas más interesantes (el chuletón de buey, por ejemplo), pero no lograrás esta transformación en tu nevera...

Desde luego, lo leí con avidez en esas noches tranquilas (?) de mi soltería en la Ciudad de México. Solía atacarme de la risa tan fuerte que mi amigo Beto, que vivía en el piso de arriba, generalmente bajaba con cigarrillos y cocacolas creyendo que había fiesta.
Pero contrariamente a los postulados de O'Rourke, este zorombático salió muy hacendocito: mi madre y el Doctó se encargaron de que educarme en el fino arte de lavar los trastes, trapear la terraza y zurcir calcetines; tras postulados básicos como "¡¡No sales hasta que podes el pasto!!" o el clásico del Doctó "Si no lavas el carro no te vó a dá plata pa'ir con la novia... ni te presto el carro, te vas en camió".
Cuando mi vida se liberó del yugo paternal y me convertí en soltero independiente, discurrí en la frontera entre un playboy y un sibarita. Mi madre me enviaba dos veces por semana a la señora que le ayudaba en su casa; era una gorda fantástica que llegaba puntualísima los martes y los viernes y a quien el bandido de mi amigo Beto no tardó en bautizarla como "Ristreta", aquel personaje de la Familia Burrón.
Por otro lado, yo tenía una tesis personal que, al parecer, O'Rourke pasó olímpicamente por alto: ser un soltero refinado, pulcro y exquisito (sin rayar en lo maricón, por supuesto) es un punto a favor al momento de conseguir chicas; una chica linda entrará una vez, pero si tu depa es un asco no sólo no lo hará, sino que se encargará de que todas sus amigas, las amigas de sus amigas y hasta las enemigas de su mamá, sepan que eres un cerdo que no ha lavado las sábanas desde el tiempo en que la India María anunciaba el Fab Limón Activado!

Hoy fue un día caluroso en el Caribe, a la hora de la comida no se me antojaba prender la estufa así que decidí hacer un gazpacho. Me encanta el gazpacho, no se por qué. De niño, en mi casa predominaba la cocina criollo-colombiana, alguna desviación genética española tengo yo para que me guste esta sopa fría. Tal vez influyó aquella escena de "Mujeres al borde de un ataque de nervios" de Pedro Almodóvar, donde la Pepa prepara gazpacho en technicolor con tomates, pimientos y pepinos. Lo vi, se me antojó, lo pedí alguna vez en algún restaurant mediterráneo, me gustó y seguí experimentando yo solo, hasta llegar a mi propia y zorombática receta con pan de ayer, mucho ajo, jitomate, pepino, pimiento y aceite de olivo muy infeliz (extra virgen). Hay que batir todo en la licuadora, meterlo al congelador y servirlo cuando esté demasiado frío acompañado de alguna guarnición de pepino, zanahoria o jícama con un poco de chile piquín (es la versión zorombática, insisto), desde luego, el gazpacho se potencializa si se acompaña con una copita de tequila.
En esas estaba cuando me acordé de la receta de O'Rourke:

Sopa de tomate de emergencia: mezcle agua fría con salsa catsup, obtendrá un delicioso gazpacho.

Yo que soy un sibarita, me quedo con éste:

Consejo de salud del soltero Recuerda que tu cuerpo necesita de seis a ocho vasos diarios de líquido. Solo o con hielo.

Pero como colofón, debo admitir que este otro es soberbio:

Consejo de Dietética del soltero
Comer no engorda. Casarse, sí. Si no te lo crees, compara la cintura de tus amigos casados con la de los solteros. Pero no dejes de comprarte yogures: se te puede acabar la espuma de afeitar.

Si se quedó con ganas de preparar gazpacho, esta es la receta más clásica y fácil que me he encontrado en la red. Nada que ver con el gazpacho de O'Rourke...

P.J. O'Rourke. CÓMO TENER LA CASA COMO UN CERDO, GUÍA DOMÉSTICA DEL PERFECTO SOLTERO. Colección El Papagayo. 1988

4 comentarios:

Maríaisabel Mota dijo...

Te perdono que no escribas más seguido, sólo porque escribes como los grandes ¡Zorombaticón del carajo!

Miguel Miranda dijo...

Doña Eme, a veces el pato va al agua y a veces que ni agua tiene... Le mando un beso.

LUCAS dijo...

Y después de haber probado su gazpacho en la noche de anoche, su versión libre queda aprobada como gazpacho zorombático-caribeño.

En vez de sangrita, ¡fué una revelación!

Fernando Cobos dijo...

habrá que experimentar... un estudiambré de los buenos te dirá que tan efectiva resulta la receta hahah

Buena entrada profe... sigue pendienet lo de la buceada, pronto!