
Pero cumplí cuarenta y cuatro tacos lindos, felices, vividos sin arrepentimientos y en compañía de mi familia y buenos amigos, pero sobre todo de mi hermosa consorte, que me despertó a las seis a-eme con las mañanitas en el iPod, un pastel con velita y 12 tarjetas con instrucciones para encontrar regalos desperdigados por toda la casa... En un día normal, voy despertando como a las 10 am después de haber ingerido tres tazas de café, dosis de velador; la Señora Zorombática tuvo la osadía de poner a trabajar mis tres neuronas despiertas; eso fue un exceso. Pero valió la pena, fue un día muy hermoso y feliz.
El año que viene la consorte amenaza con una fiesta de 15 x 3 años; daré detalles.
2 comentarios:
Pssss...
Allí hay cariño oiga. Se notó desde el primer teclazo.
Que bueno, que gusto y que sabroso. Pero el fandango empieza mañana. Oops!
Enooorme la consorte. Un gran beso por romántica y detallista y ser la más ututuy.
Publicar un comentario