Dicen las malas lenguas que el día más lindo del año es tu cumpleaños, y el más feo, el que le sigue. Ahora que estoy en temporada de exorcismos, envío mis conjuros de no cumpleaños después de haber tenido un contacto (en su mayoría virtual) con muchos y muy queridos amigos que se acordaron de éste zorombático en su día. Mucho debo al Feisbuc; invención macabra pero maravillosa que te acerca a los que hace mucho no veías o que están muy lejos. Me sorprendió la cantidad de buenos amigos que se acordaron de mí. Cuando vi esa cantidad de mensajes pensé que debía dinero y me andaban buscando para cobrarme, que susto.
Pero cumplí cuarenta y cuatro tacos lindos, felices, vividos sin arrepentimientos y en compañía de mi familia y buenos amigos, pero sobre todo de mi hermosa consorte, que me despertó a las seis a-eme con las mañanitas en el iPod, un pastel con velita y 12 tarjetas con instrucciones para encontrar regalos desperdigados por toda la casa... En un día normal, voy despertando como a las 10 am después de haber ingerido tres tazas de café, dosis de velador; la Señora Zorombática tuvo la osadía de poner a trabajar mis tres neuronas despiertas; eso fue un exceso. Pero valió la pena, fue un día muy hermoso y feliz.
El año que viene la consorte amenaza con una fiesta de 15 x 3 años; daré detalles.
2 comentarios:
Pssss...
Allí hay cariño oiga. Se notó desde el primer teclazo.
Que bueno, que gusto y que sabroso. Pero el fandango empieza mañana. Oops!
Enooorme la consorte. Un gran beso por romántica y detallista y ser la más ututuy.
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