viernes, 18 de septiembre de 2009

Seres imposibles


Imagine que tiene 35 años y es hombre (aunque usted sea lectora, piense que es lector); tiene cinco hijos y está casado con una danesa alta, rubia y vikinga; exigente, como cualquier rubia y brava como cualquier vikinga. Una posición sólida: es usted corredor de bolsa (antes de Lehman Brothers). Gana bien, vive bien, no le falta nada. Bueno, sí. Sí le falta. Lo descubre cuando comienza a reunirse y a tener amistad con artistas, con pintores bohemios.
Siga imaginando y aterrice en 1883, en París. Usted es compadre de pintores como Pissarro y Degas y se lleva de piquete de ombligo con ellos. En una de esas, el buen Camille Pisarro, su compadrito ya, le dice a usted "mi estimado, ¿por qué no pintas?"
Sí, imagina bien: usted es Paul Gauguin.
El resto de la historia ya no lo tiene que imaginar, Gauguin fue uno de los más sufridos, locos y maravillosos pintores de todos los tiempos; post-impresionista, mandó a volar a la vikinga y sus cinco hijos, también a Paris y Europa toda, quiso volverse salvaje y se marchó a Tahití, que en esa época quedaba a 3 meses en barco desde Marsella.
Koke, el francés loco que así llamaban los tahitianos, tuvo una abuela que murió cuatro años antes de que naciera su nieto. Se llamó Flora Tristán, y fue anarquista, socialista, protocomunista y fundadora del feminismo moderno. Además fue hija de un coronel peruano y pasó un tiempo en Arequipa, Perú; ahí se gestó su futuro como escritora e ideóloga.
Mario Vargas Llosa nació en Arequipa, en 1936 bajo el influjo de aries (igual que yo: nació cuatro días después del 24 de marzo).

Al Señor Vargas Llosa lo he tenido siempre en alta estima y lo he leído desde que constaté mi fascinación por las letras desde muy pequeñito: comenzando por la sopa y terminando en los libros. Cuando este zorombático iba en sexto de primaria, temía ir a los vestidores del colegio por temor de que le pasara lo que al personaje de "Los Cachorros". Me volví fan de su literatura ágil y divertida que contrastaba con la de Gabo; Vargas Llosa fue un divertimento absoluto con "Pantaleón y las visitadoras" y un deleite cuando leí "La tía Julia y el escribidor". Confieso que me falta "Conversaciones en La Catedral" pero lo compensé con "Elogio de la madrastra".
"El paraíso en la otra esquina" (Alfaguara, 2003) lo tenía arrumbado y sin descelofanear en lo más recóndito de uno de mis libreros. Fue en Sincelejo que mi amigo Rubén Villalba, a quien no veía desde hacía 40 años, me recordó que había que leerlo.
Lo mejor del libro para mí fue imaginar los recursos del escritor durante la hechura del libro: primero la idea: descubrir que hubo una mujer francesa que estuvo en su pueblo natal; luego hilar a esa mujer con la historia y con la vida de un pintor exótico de finales del siglo XIX que resultó ser su nieto; y finalmente, investigar todos los recovecos para llegar a la biografía novelada de dos personajes que buscaron, cada uno a su modo, un ideal; su propia utopía. La biografía de dos seres imposibles.
Tenía tiempo de no leer a Vargas Llosa; había abandonado a los grandes lationoamericanos. Lo único que no me gustó del libro fue la horrenda cubierta de la edición de Alfaguara ¿por qué no contratan a un diseñador que por lo menos lea el libro?.

4 comentarios:

-NaTs- dijo...

"comenzando por la sopa y terminando en los libros." Amé esa frase!!!

volví... No andaba muerta, tengo novio... je... nunca he leído a Vargas Llosa, en micasa tengo los cachorros, será el próximo libro que lea =) no se me había antojado, pero ahora lo leeré

Mastrocuervo dijo...

Imagino que soy un joven latinoamericano en los sesentas, y leo al gran Mario. Qué bueno!!!
Confieso, que me debo el "Elogio de la madrastra", pero siempre que regreso a él, me reencuentro con el placer de la lectura.
Abrazo austral.

Özer dijo...

Hace un par de meses leí "Aventuras de la niña mala", y me agencié una contractura en la espalda por aventarme un maratón de horas y horas en la misma posición. ¡Simplemente no podía dejar de leer!
Saludos :)

Miguel Miranda dijo...

Mi Pequeña Nats!!! Qué gusto!!! cuénteme del novio... ¿es nuevo? Hay, que maravilloso es el amor!!!

Tocayo, que gustazo Ché!!! un abrazo desde acá, muriéndo de calor aún en octubre.

Özer, fíjese que yo me quedé así como usté pero con los Cuadernos de Don rigoberto...

Un abrazo a todos.