miércoles, 14 de mayo de 2008

Buenas cochinadas


En su última gira a su pueblo, Karmelita me trajo dos libros que compró en el aeropuerto. Me llamaron la atención inmediatamente; uno era "Cuentos porno para apornar la semana" de Hugo César Moreno (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2007) y el otro "Trilogía sucia de la Habana" de Pedro Juan Gutiérrez (Anagrama, 1998). Tal vez fue lo prometedor del título de los sendos ejemplares, ya que los autores no me decían absolutamente nada. Comencé con "Cuentos porno para apornar la semana" pero no llegué al final. Moraleja: no confíes demasiado en el título; recordé cuando era un chavalillo en plena edad de la punzada y veía las carteleras de los cines con nombres sugerentes, que al final, cuando lograba entrar a escondidas y burlando la vigilancia, descubría que la película no contenía la cantidad de etanol que mis mocedades requerían. El libro, escrito por un becario del Consejo Nacional para la Costura en las Tardes... perdón, para la Cultura y las Artes, careció de mi interés a la vuelta de unos cuantos cuentos; me pareció trillado y repetitivo, un cartabón entre la generación Beat y el escritor de Chanoc.
Karmelita estaba a punto de no volver a viajar nunca más en avión a su pueblo si el siguiente libro estaba igual, pensé yo. Pero sobrevino el milagro: desde el primer cuento, Pedro Juan desnuda la Habana vieja y te la entrega completita: encuerada, negra, hambrienta y sin ambajes, con toda su miseria añejada en 35 años de revolución. Un libro de narraciones duras, sucias hasta lo pornográfico y con un humor surrealmente cubano. Narraciones que ponen en manifiesto la vida cotidiana de los cubanos pobres (¿habrá otros?) durante la peor crisis vivida en Cuba después de la revolución, en el año 1994, todo esto sin hacer mención de Fidel ni de dirigente alguno. Pedro Juan ha sido publicado en España y traducido a varios idiomas, pero nunca se ha leído y mucho menos vendido en Cuba. La crítica le tilda como el Bukowsky tropical, a lo que ha respondido que solo escribe para expresar una voz marginal.
Si a tí, amigo lector, lectora, te gusta (y no te asusta) lo que va más allá de Corín Tellado o Carlos Cuauhtémoc Sánchez, lee este libro y disfruta de las pasiones cubanas en la peor crisis de su historia: una disección precisa de la Habana que va del erotismo a la violencia, la música y el sexo, la locura y la pasión. Cochinadas puras, extraordinariamente bien escritas. Si por el contrario, te gusta la literatura aséptica y de moraleja, lee a Coelho.
No cabe duda que Karmelita seguirá viajando en avión.

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