domingo, 23 de enero de 2011

Mami, mami ¡cuánta polilla!


Vivo en un país donde culturalmente, existe una relación amor-odio con Argentina. Aunque nueve de cada diez mexicanos digan odiar a muerte a los argentinos, estudios científicos confirman que ocho de cada diez paisanos aman con locura el bife de chorizo, las empanadas y los choripanes que comen en los restaurantes de los argentinos que llegan a vivir acá (acá es todo México). Once de cada diez hinchas del América (pequeña sucursal del Boca Juniors) sueña con que la ley de espectáculos y deportes del país cambie y el equipo pueda incluir en su oncena titular a diez argentinos (sólo quedaría el arquero Memo Ochoa) y la más importante: cinco de cada diez mexicanos, son la mitad.
Diez de los siete asiduos saben que nunca progresaron mis esfuerzos para convertirme en crac del futbol; nací irremediablemente tronco. En el Instituto México hice migas con el mejor futbolista del salón, Sergio Juárez; le intercambiaba tareas por pases a gol. Sergio era hijo del "Morocho" Dante Juárez, el goleador (retirado en ese entonces) del Necaxa. Nunca conocí en persona al Morocho, pero el Doctó se hizo su amigo y entrañable cliente de su restaurante de carnes a la parrilla. Me decía: "es el único argentino decente que conozco". No dudo que el Morocho le pasara botellas de malbec gratis como pases a gol.
En secundaria, el último año de los cinco que cursé (queridos, me gustó mucho la secundaria) lo hice en una escuelita en Coyoacán donde la niña más hermosa de todas era argentina. Se llamaba Julieta y tenía un apellido polaco tan difícil que ni el mismo Goyeneche sería capaz de pronunciar. Su piel era blanca como la leche y sus ojos tan negros como perlas reversibles, su pelo formaba caracolas como las que escoltaron a Alfonsina Storni en su encuentro con Neptuno. Nunca pude lograr que se fijara en éste zorombático que estaba más enamorado de ella que de la poesía de Oliverio Girondo.
Sin embargo, recuerdo el día que escuché por primera vez a Les Luthiers, fue en el otoño de 1983 y yo tenía diecisiete primaveras. El novio boliviano de una prima puso en el tocadiscos, para una audiencia de tres post-púberes (el más era yo) el LP de Muchas gracias de nada; quedé marcado por la grabación. No podía creer que hubiera tanto ingenio en un grupo de seis señores argentinos que tocaban instrumentos caseros y me hicieran reír tanto con chistes tan sutiles. Me enamoré de ellos y tuve que esperar hasta 1996 para verlos, por fin, en vivo en el Teatro Metropólitan.
Muchos años después, y con la tecnología de mi lado, me encuentro con ésto:


Esto es una prueba irrefutable de que el matapolillas existe; no se si antes o después de Les Luthiers, pero eso no importa, lo importante es la genialidad de éstos queridos argentinos que algunos mexicanos amamos más que a los futbolistas, el bife de chorizo, el malbec y una que otra pebeta de ojos negros.

Aquí dejo el sketch del matapoillas Nopol... cuíiiiida su ropa. Que lo disfruten.


3 comentarios:

Mastrocuervo dijo...

Gracias, Tocayo, por develar que Nopol existe!!! ;-)

Comparto plenamente tu admiración por Les Luthiers, un grupo que hasta donde yo conozco, no tiene paralelos. Quizá los no menos geniales Monty Python sean sus "parientes" más cercanos.

Los sigo desde hace más de tres décadas. Cuando los vi por primera vez, en un pequeño teatro porteño, aún vivía y actuaba su fundador, el Flaco Gerardo Mesana, quien tras su muerte fue reemplazado por Ernesto Acher.

Quizá te pase lo mismo que a mi: pese a que he visto y escuchado sus sketches millones de veces, cada vez que los vuelvo a pasar disfruto y me descostillo de risa como si fuera la primera vez.

Seguro que el Doctó los hubiera considerado argentinos decentes también...

Abrazo austral.

Özer dijo...

Ahhh, maravillosos Luthiers!! Acá en casa tengo un amante de los bifes y varios amigos argentinos ;D
¡Mil gracias por los comentarios al respecto de las teles! Efectivamente, el Costco local ha sido nuestra fuente de inspiración para la compra, ya estaré reseñando los resultados.
Abrazos de aquí hasta las costas del Caribe.

-NaTs- dijo...

Me encantan Les Luthiers!! =) me hace reir tanto! ahhhhhh!!!! =)