domingo, 21 de junio de 2009

El cuento de la clase política


Había una vez una Revolución Mexicana que tuvo un caudillo, se llamaba Francisco I. Madero, pero lo mató Victoriano Huerta, a Huerta lo mató Carranza, a Carranza lo asesinó Álvaro Obregón y a éste, lo mandó matar Plutarco Elías Calles. Lo sensacional de la historia es que todos menos Huerta, son héroes nacionales y hay calles y delegaciones con sus nombres.
De la Revolución nació un partido que se llama PRI, gobernó setenta años. En ese lapso, México perdió su autonomía alimentaria en 1969, justo al terminar el mandato de Díaz Ordaz. Luis Echeverría mandó matar a miles de estudiantes y disidentes de su gobierno. Así como mató, robó, y sus crímenes siguen impunes. José López Portillo tuvo un lema al iniciar su mandato: "vamos a administrar la abundancia", para cuando terminó, dejó para la posteridad su célebre frase: "ya nos saquearon... no nos volverán a saquear" y lloró como un perro. Para qué sigo con los priístas... voy a demorar mucho denunciando barrabasadas históricas.
Había una vez una palabrita que se puso de moda a finales del siglo pasado: democracia. Y la estrenó el PAN con un presidente con botas, cuya mujer terminó gobernándolo a él, y al país.
Había una vez un candidato del PRD que se pasa por el arco del triunfo a las instituciones, a su propio partido y a las propias leyes, se llama Manuel Andrés López Obrador (MALO).
Había una vez un montón de partiditos chiquitos, llenos de refugiados de los tres partidos "grandes", que son un negocio redondo para quienes los fundan, que obtienen solo el 2% de los votos del electorado total.
Había una vez un país en el cual el voto de un ciudadano cuesta $178 pesos ($13.32 dólares) y tiene una cámara de diputados y otra de senadores que no legislan.
Había una vez una exmedallista olímpica que al terminar su carrera deportiva quiere ser delegada en una ciudad en la cual nunca ha vivido.
Había una vez un país, que dice que tiene democracia y no puede ofrecer absolutamente nada bueno a los electores, en las elecciones del 5 de julio. Había una vez un país en total estancamiento político.
FIN

Ilustración: Zócalo-Saltillo

4 comentarios:

-NaTs- dijo...

y lo peor es que ese cuento se le puede aplicar a cualquier cosa en la vida, por qué las cosas están tan jodidas si no?

-NaTs- dijo...

Por cierto!! se roba la imagen de saramago, bueno no de él, de la portada de un libro... =) viva el toro nuevo :D jaja esperemos no se quede al final sin orejas o algo sangriento de eso de lo que a usted le gusta que pase generalmente con los toros. Por cierto, el domingo fui por licuadora nueva con mi mamá y pasé por la plaza de toros, me acordé de usté jajajaja! :D asocio perros con doña M y toros con asté! jo

Miguel Miranda dijo...

Pequeña Nats ¿¿que pasó?? en el último libro del Maestro Saramago aparece un elefante, no recuerdo algún toro en la cubierta de sus libros. Pero su comentario inspiró el post que está arriba, ojalá le guste. Gracias por acordarse de mí. Para mayor seña, acostumbraba entrar a la Plaza por la puerta 6, la que está enfrente del Estadio Azul, sobre la calle de Augusto Rodin. Ay... que tiempos.

-NaTs- dijo...

yo me refería a la imagen que ilustra alegremente el post en el cual estos comentarios son hechos jajajaja!! así o más farola? cuídese, saludos a la consorte.